El Foco

Armengol Engonga: «En Guinea Ecuatorial no hay garantías ni para los turistas»

El presidente en el exilio del principal partido opositor, denuncia el saqueo del país por parte del clan Obiang y alerta de una creciente presencia rusa en la región

Ver vídeo

Armengol Engonga, presidente en el exilio del principal partido opositor, denuncia el saqueo del país por parte del clan Obiang y alerta de una creciente presencia rusa en la región.

Hoy, en El Foco, vuelve a sentarse frente a nuestras cámaras Armengol Engonga -presidente en el exilio del Partido del Progreso, principal partido opositor de Guinea Ecuatorial en el exilio—. Engonga lanza en esta nueva entrevista un mensaje aún más grave que el del año pasado, cuando afirmó que «el 95 % de los opositores han sido torturados o asesinados». Esta vez va más allá: «En Guinea Ecuatorial no hay garantía de seguridad para nadie. Ni siquiera para los turistas».

El país, sostiene, ha dejado de funcionar como Estado para convertirse en un entramado familiar y militar. «Todas las empresas que operan están bajo control del clan Obiang: bancos, cementeras, petroleras, logística, madera… Nada escapa a su control. Incluso el señor que cría gallinas para subsistir puede ver cómo un militar se las lleva sin explicación alguna».

Las cifras abruman. El 95% de la riqueza nacional está en manos del 5% vinculado al régimen. El 80% de los ciudadanos carece de empleo y muchos han optado por no hacer nada, por miedo a perder lo poco que tienen. «Obiang teme el desarrollo individual, los negocios independientes, cualquier cosa que no controle él. Por eso elimina cualquier iniciativa».

El heredero designado es Teodorín Obiang, hijo del dictador, condenado por corrupción en Francia y propietario de mansiones y deportivos de lujo confiscados en varios países. No está solo. Según Engonga, «hay investigaciones que apuntan a la presencia creciente del grupo Wagner, ahora renombrado como África Corps, en Guinea Ecuatorial para garantizar la sucesión y reforzar el control».

Hablamos de Rusia. Y de China. Cuenta que la alianza de Obiang con ellos se enmarca en una política exterior calculada.

Desde que se descubrió petróleo en 1997, el país ha ingresado miles de millones. ¿Cuántos? Nadie lo sabe. «Obiang decretó secreto de Estado el monto de los ingresos por hidrocarburos. Su hijo Gabriel ha sido ministro de hidrocarburos durante quince años, porque lo consideran un asunto familiar».

Sobre las elecciones, Engonga es rotundo: «Están amañadas. Los resultados están decididos antes de que se vote. No se permiten observadores y el día de los comicios cortan internet». Los resultados, como siempre, una victoria para Teodoro Obiang con en torno a un 99% de los votos.

Habla con dolor del deterioro de la educación: «Yo crecí en la Guinea Ecuatorial de la época española. Todos estudiábamos en colegios públicos. Había becas para venir a España. Ahora, la educación es un negocio más para la familia Obiang. Más de la mitad de la población no está escolarizada». Táctica usada y abusada en la historia para perpetuar la ignorancia y, con ella, el miedo y el agradecimiento a las migajas. Lo curioso es que Constancia Obiang, primera dama, fue quien, paradójicamente, fundó el Comité de Apoyo al Niño Ecuatoguineano en 1985.

«Las escuchas son constantes. La gente habla en clave por teléfono. Las redes sociales están menos controladas, pero también vigiladas. Y las detenciones arbitrarias continúan. No sólo a opositores, también a ciudadanos normales, incluso a turistas. Las mordidas, las amenazas, el miedo… todo sigue».

Afirma que el régimen de Obiang se ha sostenido gracias al petróleo y a la complicidad internacional. Y mientras tanto, «la verdadera presidenta —según Engonga— sigue siendo Constancia Obiang, la esposa del dictador. Maneja la agenda del poder en la sombra. Cada vez con más fuerza».

Una de las novedades más llamativas de esta entrevista es la ruptura pública de Agapito Mba Mokuy, ex aliado del régimen, hoy convertido en crítico. «Ha pedido perdón públicamente. Creo que es porque está muy enfermo y ve cerca el final». Lo ha hecho en público, mediante rueda de prensa. Quizá marque el principio de una grieta; quizá despierte la conciencia.

Él da nombres, señala estructuras, denuncia pactos, hechos. Y lo hace sabiendo que se expone; pero insiste: «Nuestro país tiene futuro. Volveré a instaurar la democracia».

Ojalá.

Lo último en Internacional

Últimas noticias