Armengol Engonga: «El 95% de los opositores de Guinea Ecuatorial han sido torturados o asesinados»
“La mayoría de las empresas que operan en Guinea Ecuatorial van al 50% con Obiang”
"El 5% que conforma la gente del régimen de Guinea Ecuatorial ha concentrado el 85% de la riqueza nacional”
Dedicamos El Foco de hoy a Guinea Ecuatorial, el país africano que fuera colonia y provincia española hasta 1968. Teodoro Obiang Nguema se hizo con el control del país en 1979, tras dar un golpe de Estado al Gobierno de su tío, Francisco Macías —dictador que dirigía el país desde 1968—, al que detuvo, juzgó y ejecutó. Tras el golpe, Obiang Nguema se erigió el nuevo líder, esperanza de los derechos y libertades perdidos. Reconocido y aplaudido por líderes extranjeros, tardó apenas unos días en mostrar que no iba a ser sino un decurso de la dictadura, pero con máscara, según nos cuenta Armengol Engonga, presidente del Partido del Progreso, el principal partido de la oposición.
Armengol Engonga asegura que «Teodoro Obiang asesinó a su tío, no para instaurar la democracia, sino para defenderse de él». Al parecer, ya estaba tramando la muerte de su sobrino porque le molestaba.
Rotundo, dice y recalca que «en Guinea Ecuatorial no existe seguridad jurídica. Obiang viola derechos humanos y roba el futuro de muchas generaciones».
Habla de las permanentes escuchas telefónicas y mordidas en cualquier momento y en cualquier lugar a guineoecuatorianos y turistas. También de las detenciones. Basta recordar el uso de tribunales militares en el país africano para condenar a civiles. O el caso del opositor Gabriel Nsé Obiang, detenido en septiembre de 2022, en Malabo, tras una violenta operación policial, cuando intentaba presentarse a las elecciones. Terminó Nsé Obiang con una condena de veintinueve años y seis meses de cárcel y a una multa de unos 60.000 euros por los delitos de «ejercicio abusivo de derechos fundamentales, insultos a la fuerza armada, posesión ilegal de municiones e injurias a las autoridades militares».
Engonga llegó a España hace cincuenta y seis años con el propósito de estudiar y regresar a Guinea Ecuatorial. Nunca pudo hacerlo. Nos cuenta que, si regresara, acabarían con él. «En cuarenta y cinco años, el 95% de los opositores de Guinea Ecuatorial han ido a la cárcel o han terminado torturados o asesinados». Dice que las elecciones no son más que un trámite con los resultados organizados antes de que la población llegue a votar.
Respecto a los periodistas y la información que se publica, aclara que «en Guinea Ecuatorial no hay libertad de prensa ni de movimiento».
En cuanto a los precios, señala a la mujer de Obiang. «Ella es quien controla los mercados de Guinea Ecuatorial mientras la población pasa hambre y la escolarización no llega al 30%».
Al parecer, el turismo le resulta molesto a Obiang. «No quiere turismo para que no haya testigos de su nepotismo», cuenta al tiempo que afirma que «la mayoría de las empresas que operan en Guinea Ecuatorial van al 50% con Obiang», motivo por el que «el 5% que conforma la gente del régimen de Guinea Ecuatorial ha concentrado el 85% de la riqueza nacional».
Ante los diferentes hechos, en febrero de 2023, el Parlamento Europeo votó —con 518 eurodiputados de los 546 participantes en el pleno— a favor de una resolución condenatoria de urgencia contra la dictadura. La resolución denunciaba la «estrategia sistemática y organizada del régimen dictatorial de Obiang de persecución política y represión de los opositores políticos tanto en el interior del país como en el extranjero» que pedía a Obiang la repatriación del cuerpo del opositor Julio Obama —muerto en enero de 2023, después de haber desaparecido en Sudán del Sur en noviembre de 2019, haber sido torturado, juzgado sin garantías y condenado a cárcel— y la liberación de los otros tres opositores detenidos junto con Julio Obama en 2019: Feliciano Efa, Martín Obiang y Bienvenido Ndong.
Con un Teodoro Obiang enfermo con cuidados paliativos, la oposición y naciones extranjeras se preparan para el que puede ser el cambio esperanzador. No parece preocuparles mucho Teodorín. Veremos…
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