Con la estabilidad como excusa

Susana Díaz quiere adelantar las elecciones a final de año una vez termine el juicio de los ERE

Susana Díaz
La aspirante a la Secretaría General del PSOE y presidenta andaluza, Susana Díaz, durante el acto con militantes celebrado en Valladolid. (Foto:EFE)

La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, baraja el adelanto de las elecciones a final de año aprovechando el «bajón» político y mediático del juicio por el caso ERE. Unos comicios previstos inicialmente para marzo de 2019, y que la también secretaria general del PSOE-A situaría entre el final de juicio (previsto para el mes de octubre) y la fecha de la sentencia. El dictamen se estima puede estar listo en dos meses, lo que llevaría a Díaz a convocar tres meses antes de la fecha oficial.

Los desmentidos de la presidenta sobre que no adelantará comicios no convencen a nadie, y es por ello que los cuatro grandes partidos que aspiran a aumentar su representación en el parlamento andaluz ya calientan motores . Y ello tanto en la sede regional en Sevilla como en su sede nacional en Madrid. Desde Ferraz se asume esa posibilidad e incluso se sugiere final de año como fecha. Porque, recuerdan, la prerrogativa de adelantarlas le corresponde a Díaz.

Evitar la corrupción como arma

El mes de diciembre, aprovechando esa pausa que daría la espera de la sentencia del caso ERE (y con ello su pase a un segundo plano también mediático) se antoja, según fuentes socialistas andaluzas, como el ‘tempo’ perfecto. El PSOE-A de Susana Díaz afrontaría así una campaña sin los sustos que se llevó, por ejemplo, durante las autonómicas de 2012, cuando en las semanas previas a las elecciones fue encarcelado el ex director general de Trabajo de la Junta, Francisco Javier Guerrero, y su chófer, el que denunció el despilfarro del dinero de los ERE en juegas y cocaína.

El adelanto con una sentencia sobre la responsabilidad de los dos expresidentes Chaves y Griñán, seis consejeros de la Junta de Andalucía y casi quince altos cargos en ‘stand by’, dificultaría el uso de la corrupción como arma electoral por parte de la oposición. Y en ese caso, los socialistas tienen preparado el rosario de encarcelamientos y declaraciones judiciales de ex dirigentes del PP durante esos meses como contraataque.

Y en ese escenario de adelanto se mueven desde hace meses los partidos de la oposición. Susana Díaz no vería con malos ojos un nuevo anticipo electoral: en 2015 ya convocó elecciones un año antes del plazo previsto. Y lo hizo con el mismo argumento que lanzaría en esta ocasión: el de la «inestabilidad». La que entonces le provocaba Izquierda Unida, a la que dejó en la cuneta a las primeras de cambio y cuyo apoyo cambió por el de Ciudadanos.

Una legislatura casi agotada

Ahora, y con los presupuestos de 2018 aprobados la tiene, pero tras el verano deberá negociar los del año siguiente. Y un Ciudadanos que hasta ahora no le ha dado problemas podría cambiar de actitud hasta llegar a marzo de 2019. Susana Díaz tendría entonces su excusa, la falta de estabilidad para negociar unos presupuestos que podrían durar tan sólo unos meses.  A lo que se une que la líder socialista tendría además la potestad de aplazar esa negociación.

Dos vectores más son los que dictan fuentes del PSOE-A pueden inclinar definitivamente la balanza para ese adelanto. Por un lado, la situación de un PP-A que no sólo no logra el despegue con Juan Manuel Moreno Bonilla al frente sino que incluso puede bajar ante el empuje de Ciudadanos. Las encuestas que manejan en la calle San Vicente, sede de los socialistas andaluces, son favorables. Sondeos que recogen además un descenso en Podemos que pagaría sus posiciones cercanas al independentismo en Cataluña y otros lugares de España.

Por otro, la posibilidad de que Mariano Rajoy no agote la legislatura en 2020 y también adelante un año las generales, es decir a 2019. Y  en el PSOE-A prefieren evitar que autonómicas y generales se celebren a la vez. Ello porque, se muestran seguros, la marca de Díaz sigue prevaleciendo sobre la de un PSOE actualmente bajo los designios de Pedro Sánchez. Todo ello, pero con el resultado del caso ERE como punta de lanza, confiere cada vez más opciones a que este sea el año en que Díaz revalide presidencia en las que serían sus segundas elecciones como candidata.

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