República catalana

Socios de Puigdemont abandonan su república ‘fake’ por desconocer en qué gasta los millones

Supremo Puigdemont
Carles Puigdemont.
Pelayo Barro

El Consell de la República, creado por el fugado Carles Puigdemont y sus acólitos para gobernar desde el exilio un ficticio estado catalán cuya independencia declaró y suspendió al instante él mismo, sobrevive gracias a las aportaciones económicas de sus 103.000 afiliados. Pero las voces críticas sobre la falta de transparencia y participación en este órgano de gobierno, gestionado desde la mansión presidencial de Waterloo, están llevando a algunas figuras relevantes a abandonar el Consell. Se preguntan cómo y en qué se gastan los aproximadamente 3 millones de euros que han ingresado en cuotas de sus socios.

Más de 100.000 catalanes confían en que la república catalana sigue existiendo. Y que las estructuras de ese ficticio estado independiente, que echó a andar aquel 11 de octubre de 2017, siguen articulándose desde Waterloo. Y eso les ha llevado a pagar, como mínimo, 20 euros al año por pertenecer a ese ‘selecto’ club del Consell. Más otros 12 euros si se quiere disponer del DNI catalánun juguete documental a modo de pasaporte sin ninguna validez legal que expide este órgano republicano inventado en 2018.

Sin embargo, y pese a que incluso se han celebrado campañas electorales y votaciones para elegir a 81 miembros que componen ese Parlament en el exilio, las fugas ya han comenzado. Y no de miembros menores. Uno de los más significativos ha sido Pep Fort, presidente de una escisión de la ANC llamada Donec Perficiam (Hasta conseguirlo), que ha anunciado su baja del Consell de la República acusando a la entidad de opacidad y falta de transparencia.

Gastos

Según Fort, en los últimos siete meses ha intentado conocer insistentemente los presupuestos del organismo, así como la información contable de ingresos y gastos que lleva el Consell. Y en todo ese tiempo se le ha negado. «En qué se gasta el dinero y quién y cuándo cobran», era la pregunta sin respuesta dirigida al Consell.

Además, la crítica de Fort ya no va sólo dirigida a la falta de transparencia de las cuentas del gobierno ficticio catalán, sino también al escaso alcance de sus iniciativas durante estos últimos años. El balance que realiza es demoledor: «Es nulo». Se ha limitado a «una colección de sellos, un concurso de carteles, una manifestación en Perpiñán, un carnet (el DNI fake), y poco más».

Tres millones

Cada uno de esos amigos de la República fake instaurada por Puigdemont debe pagar 20 euros anuales como cuota mínima para acceder a ese club. Eso en la categoría más barata, ya que la aportación mínima, en caso de elegir el pago mensual, es de 5 euros (60 euros anuales). Si el pago es trimestral, se pagará mínimo 10 euros cuatro veces al año (40 euros). No existe la posibilidad de unirse al Consell sin pagar.

De esa forma, las cuentas del gobierno en la sombra que ha configurado Carles Puigdemont en este Consell se han nutrido de, por lo menos, tres millones de euros en cuotas de aportación de estos últimos años. Dinero que el ente utiliza para el sostenimiento de la estructura independentista en el fingido exilio que encabeza el fugado de la Justicia española.

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