Hace ya bastante tiempo que Pedro Sánchez apenas puede pisar la calle sin recibir sonoros abucheos de los ciudadanos, prueba del palpable descontento social que hay con su figura y su gestión. La última muestra se la ha llevado de recuerdo de su visita a la localidad orensana de El Barco de Valdeorras, donde ha sido recibido por un enfurecido grupo de ciudadanos locales al grito de «¡Fuera, fuera de aquí, cojones!».
Sánchez recibió esta bienvenida al llegar a esta parroquia gallega asolada por las llamas en los últimos días a la que acudió a pedir «prudencia y precaución» a una enfadada comunidad local. La vivió, eso sí, desde el interior de su vehículo dentro de una larga comitiva de coches oficiales. Desde allí, en la medida de lo que le permitiera el blindaje, escuchó los gritos alentados por una ciudadana local a la que se unieron más vecinos: «¡Fuera, fuera, fuera de aquí!».»¡Estamos abandonado, efectivos, queremos efectivos, fuera de aquí!», le rogaba esta ciudadana, más necesitada de ayuda profesional para luchar contra las llamas que de visitas de políticos.
Allí, Sánchez ha vuelto a repetir el mantra de que el culpable de los incendios de este año en España es el cambio climático, que «es un hecho y es letal». «Las previsiones meteorológicas apuntan a un repunte de las temperaturas en toda la península», ha advertido el titular del Ejecutivo, recordando también la ola de calor sufrida «en este difícil mes de julio».
Sánchez ha apelado a hacer de las políticas de medio ambiente «políticas de Estado» que «trasciendan» a todas las administraciones. En esta línea, ha recordado que la semana pasada, durante el Debate sobre el Estado de la Nación en el Congreso, anunció un nuevo marco estatal básico para regular al personal de prevención y lucha contra incendios: «Es importante que lo hagamos».
El presidente del Gobierno se desplazó este martes martes hasta El Barco, en Orense, para visitar el puesto de mando avanzado contra incendios situado en Viloira. Posteriormente, ha subido hasta la parroquia de Alixo, donde el domingo y el lunes las llamas devoraron una quincena de viviendas -sin contar otras construcciones- y ha podido intercambiar unas palabras con algunos de los vecinos afectados.