Sánchez bloquea la investigación del informe ‘fake’ que culpa a C’s de los ataques el Día del Orgullo

Sánchez bloquea la investigación del informe ‘fake’ que culpa a C’s de los ataques el Día del Orgullo
Cabecera de la representación de C's en el Orgullo 2019, con Inés Arrimadas a la cabeza. (Ep)
Carlos Cuesta

Pedro Sánchez sabe que el informe que culpa a Ciudadanos de los ataques que este mismo partido sufrió en la marcha del Orgullo está falseado. Y ha dado orden a Interior de que desoiga los requerimientos oficiales exigidos a través de Transparencia que le reclaman la entrega del informe original, así como de todos los datos sobre los agentes policiales que supuestamente lo elaboraron y de cómo acabó publicado en el diario El País incluyendo hasta sellos falsos.

Tras los incidentes registrados en el pasado Desfile del Orgullo y que llevaron a Ciudadanos a denunciar los ataques sufridos procedentes de un grupo de radicales, el diario El País publicó un informe policial que culpaba a los miembros del partido de Albert Rivera de haber incitado sus propias agresiones. Este informe carecía de los elementos identificativos que debían confirmar su autoría e incorporaba sellos falsos no utilizados por la Policía.

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, hizo unas declaraciones tras la marcha del Orgullo en las que señaló que el partido naranja debía asumir las consecuencias tras haber pactado con Vox. También expresó su rechazo a cualquier tipo de violencia, y respaldó la actuación policial al manifestar que el controvertido informe de la policía había sido elaborado por los órganos oportunos.

Según publicó El País, tomando como fuente el famoso informe, «responsables del operativo niegan que se produjeran agresiones físicas y destacaron que el partido [C’s] no siguió en ningún momento las indicaciones policiales ni sus consejos»; además, se publicó toda una serie de detalles relacionados con el dispositivo policial, tales como el número de asistentes por parte de Ciudadanos, que cifró en 200, el recorrido que los mismo harían, incluyendo el punto de partida y el de salida, o que un inspector policial les recogería; además de que 20 policías no uniformados trazarían un cordón policial en torno a ellos.

Dos días después, El País insistía en la veracidad de lo publicado y del informe filtrado por el Gobierno, que calificó de «preliminar». Y afirmó que «el informe policial definitivo ratifica que no hubo agresiones físicas a Ciudadanos en el Orgullo», destacando que este nuevo informe ya disponía de «todos los elementos que le confieren carácter oficial».

Transparencia ha trasladado al Ministerio la exigencia de entrega del informe. E Interior se ha negado a dar acceso al citado informe. En una resolución del director general de la Policía del pasado 7 de agosto, el subordinado del Ministerio del Interior niega hacer público no sólo el primer informe, sino cualquier otro que en relación a estos hechos ya ocurridos en el Desfile del Orgullo, se hubieran realizado. Y ello a pesar de que el contenido del primero es de notorio conocimiento y fue filtrado por El País.

Según Francisco Pardo Piqueras, director general de la Policía, en este tipo de informes «se contienen datos y análisis que afectan, entre otras cuestiones, a las medidas necesarias para garantizar la seguridad ciudadana, para prevenir las actuaciones terroristas (…) y para evitar actividad de delincuentes en general». La respuesta señala , además, que «resulta evidente que este tipo de análisis y actuaciones afectan a la seguridad y no pueden difundirse». Resulta cuando menos sorprendente que se ampare en ello cuando precisamente tales datos ya han sido objeto de máxima difusión a través de El País.

Pero ahí no queda la cosa, porque el Ministerio que dirige Marlaska ha guardado un completo silencio respecto a cuestiones que tienen relación directa con estos informes fantasmas. Así, se ha negado a informar, por las mismas razones, de la existencia no sólo del llamado a posteriori por El País «informe preliminar», sino del que después pasó a denominar como «definitivo».

Asimismo, no se ha pronunciado sobre una cuestión clave en este asunto: el nombre del funcionario o funcionarios actuantes, si es que los hubo, y que debieron ser los autores del primer informe, cuya existencia y validez Marlaska no ha desmentido. No consta, además que se hayan iniciado actuaciones de carácter interno encaminadas a desvelar quién y con qué autorización se dio publicidad al informe.

Y es que ese informe carecía de la obligatoria identificación del agente responsable.

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