El Rey Juan Carlos continúa con su espíritu de superación intacto

Juan Carlos I
El Rey emérito Juan Carlos I. (EP)

Después del parte médico emitido por la Casa del Rey, pocos días antes del comienzo de la regata Copa del Rey en Palma de Mallorca, que explicaba en términos médicos la razón por la que el Rey Juan Carlos no podía competir en la prueba náutica, poco se ha sabido de la vida que lleva el anterior Jefe del Estado. No hay que ser muy perspicaz para adivinar que don Juan Carlos se debió sentir muy frustrado al ver que su ilusión por volver a la regata en la que participó tantos años se desvanecía y la posibilidad de ganar de nuevo con un barco adecuado a su edad y forma física se evaporaban definitivamente.

Ese parte médico no solo terminaba con sus esperanzas de volver a regatear en aguas de la bahía de Palma, en la que se proclamó campeón en varias ocasiones, sino que también borró de golpe su idea de volver a aparecer junto a su familia en la isla balear, en la residencia veraniega de Marivent que fue durante años punto de referencia del descanso vacacional de la Familia Real española. Su deseo era que, al igual que acudió de nuevo el Domingo de Pascua a la Misa de Resurrección en la catedral mallorquina tras varios años ausente de esa cita tradicional de su familia, quería volver a aparecer en verano en Marivent para recuperar la imagen de concordia familiar en un año en que la Reina Sofía y él comienzan una nueva década de su ya larga vida.

Todo eso se frustró y en esa triste frustración, las declaraciones de la señora Corinna Larsen tratando de implicar a don Juan Carlos en negocios turbios y poco claros han tenido mucho que ver porque de nuevo la honradez y el buen nombre del anterior monarca han sido puestos bajo sospecha. Algo que no deja de sorprender es que esas acusaciones que provienen de personas con una reputación tan poco limpia hayan sido tomadas al pie de la letra por la opinión pública. Ni siquiera se ha aceptado de buen grado que jueces y fiscales hayan descartado seguir adelante.

Pero nada de lo que ha pasado ha logrado acabar con la fuerza de voluntad del Rey Juan Carlos para superar los problemas de movilidad derivados de las múltiples lesiones que ha sufrido a lo largo de su vida. Él sigue entrenando con sus compañeros de regatas para ganar las pruebas en las que participan, algo que se produce con mucha frecuencia aunque se airee poco en los medios de comunicación. Y algo muy importante: él sigue contando con un amplio grupo de amigos de verdad, que no le han dejado solo en ningún momento, y que han demostrado que no sólo estaban junto a él cuando todo era perfecto, sino que siguen a su lado en los momentos de horas bajas.

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