El PP de Feijóo evitará hacer sangre contra Abascal y su moción de censura: «No vamos a dedicarle tiempo»

La ausencia del líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, en la moción de censura de Vox contra Pedro Sánchez, hecho que adelantó Génova el lunes, no es un algo aislado, sino todo lo contrario. La dirección popular, según las fuentes consultadas, tiene clara la consigna: «No vamos a dedicarle tiempo» a esta iniciativa, que ya califican abiertamente de «show».

Este posicionamiento del principal partido de la oposición dista mucho del que adoptó en octubre de 2020 en la moción de censura que también presentó Vox contra Sánchez, en este caso, encabezada por Santiago Abascal y no por el veterano economista Ramón Tamames, como ocurre ahora. En aquella ocasión, el entonces líder del PP, Pablo Casado, se preparó especialmente su réplica a Abascal, descendiendo incluso al terreno personal. «Nuestro partido ha pagado un tributo de sangre que ahora pisotean personas como ustedes», llegó a decirle al líder de Vox, que ha sufrido la barbarie de la organización terrorista de ETA. El ex funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara, secuestrado por ETA durante 532 días, es además el alma de Vox.

Casado, con quien Feijóo comió la semana pasada en el aniversario de su caída por poner en duda la honorabilidad de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, recurrió entonces a asesores externos para redactar el discurso que dinamitó su relación con Abascal. OKDIARIO publicó que el director de FAES, Javier Zarzalejos, y el ex presidente del Gobierno José María Aznar estuvieron detrás de aquel texto.

Ahora, la situación con Feijóo es distinta. Máximo respeto al candidato, Ramón Tamames, y al presidente de Vox, lo cual no impide al líder del PP criticar con dureza el fondo y la forma de esta moción de censura. En declaraciones este martes en Barcelona, donde visitó el Mobile World Congress 2023, Feijóo manifestó que la moción de censura de Vox sólo le viene bien a Pedro Sánchez para que no se hable de los casos de corrupción que están «brotando» en varias comunidades ni de sus «disparates legislativos», en alusión al caso Tito Berni, el caso Azud o el de Obras Públicas en Cantabria, así como a la ley del sólo sí es sí, que ha permitido ya 647 rebajas de penas a agresores sexuales.

«Dejemos que los españoles sean los protagonistas de la moción de censura y no los 350 diputados», enfatizó el presidente del PP, insistiendo en la necesidad que sean las urnas de mayo las que hablen.

Además, Feijóo abogó por recuperar la «palabra» y el «respeto por las instituciones», con una mayoría de españoles que quieren desalojar al Gobierno de Sánchez, frente a los que «utilizan instrumentos constitucionales como la moción de censura para hacer un show parlamentario y un teatrillo político», señaló.

«La alternativa que representa el PP no va a participar de esto, porque nos tomamos las instituciones y a España con respeto», recalcó Feijóo, añadiendo que la responsabilidad de su partido es «hablar de lo que ocurre en España y no de la estrategia del Gobierno y parte de la oposición».

«Balón de oxígeno»

Por su parte, la secretaria general del PP y portavoz en el Congreso, Cuca Gamarra, explicó que la abstención del Grupo Popular en la moción de Tamames se debe al momento político actual, que es «distinto» al de octubre de 2020 cuando el Grupo Popular dirigido por Pablo Casado votó en contra de una iniciativa similar. «Estamos en momentos políticos distintos y, por tanto, eso es lo que marca que el sentido de voto en esa moción de censura vaya a ser distinto», precisó Gamarra.

Al ser preguntada expresamente si será ella la encargada de intervenir en la moción de censura, Gamarra ha indicado que cuando esa iniciativa esté calificada por la Mesa del Congreso, los populares irán «abordando» quién va a intervenir en nombre del PP. «Es una cuestión que todavía no hemos resuelto», expresó, asegurando que a su partido no le van a «distraer los intereses tácticos de Vox o del PSOE de lo realmente importante para España y los españoles». Esa moción de censura es el «mejor balón de oxígeno que podría recibir Pedro Sánchez», remachó.