La independencia ‘toca’ fondo entre los catalanes: sólo el 43% apoya la ruptura

El sentimiento independentista ha ido perdiendo apoyos en los dos últimos años. Si el 60% de los catalanes se mostraba a favor del proyecto independentista en marzo 2014, la última encuesta llevada a cabo por el Centro de Estudios de Opinión (CEO) de la Generalitat en julio de este mismo año mostraba cómo sólo el 43% de los catalanes veían con buenos ojos la ruptura con España. Esa cifra contrasta con el 60% que se mostraba favorable en 2014.

La decisión de Artur Mas de formar la lista conjunta Junts pel Sí entre Convergència y ERC auguraba un debilitamiento entre la ciudadanía que respaldaba la deriva independentista de Mas y Junqueras. Y así sucedió. El 27-S sumió a los independentistas en la depresión al no alcanzar los votos que legitimasen el salto al vacío que pretendían realizar los Mas y compañía.

Auge del sentimiento de ruptura con España

El sondeo realizado por la Generalitat en junio de 2013 mostró cómo el número de catalanes que apostaban por la independencia crecía de una forma abrumadora. En sólo un año, entre febrero de 2012 y junio de 2013, los partidarios de convertir Cataluña en un Estado independiente crecieron 11 puntos, pasando del 44,6% al 55,6%.

El 55,6% de los catalanes votaría a favor de la independencia en una eventual consulta de autodeterminación, mientras que el 23,4% lo haría en contra y un 15,3% no acudiría a las urnas, según el barómetro del Centro de Estudios de Opinión (CEO) de la Generalitat.

Al preguntársele a los encuestados sobre cómo sería su nivel de vida en una Cataluña independiente, el 51,2% dijo que sería mejor, un 21,9% que iría a peor y un 17,9% dijo que no habría cambios. El 72,5% de los encuestados afirmaba que Cataluña no había logrado un nivel suficiente de autonomía.

Primera caída del independentismo

El CEO dio a conocer en noviembre de 2013 un nuevo sondeo en el que el 54,7% de catalanes votaría a favor de la independencia en un referéndum. La encuesta de la Generalitat desveló que el 22,1% se pronunciaría en contra y el 15,7% se abstendría en un eventual referéndum. El 6,3% de encuestados no sabían qué respuesta darían.

De esta forma, los partidarios de la independencia de Cataluña experimentaron así un leve descenso de casi un punto con respecto a la anterior encuesta. Al preguntarse a los encuestados cómo deberían ser las relaciones de Cataluña con el resto de España, la opción por un «Estado independiente» creció y se situó en el 48,5 % (frente al 47 % del anterior barómetro), mientras que la opción por «un Estado dentro de una España federal» conseguía un apoyo del 21,3 %, «una comunidad autónoma de España» obtuvo el 18,6 % y «una región de España» el 5,4 %.

El 60% apoyaba la secesión en marzo de 2014

El apoyo de los ciudadanos a la independencia de Cataluña alcanzó su punto máximo de adhesión en la encuesta realizada por el CEO en marzo de 2014. El 60% de los catalanes estaba a favor de la independencia y de que Cataluña fuera un nuevo Estado de Europa. Los partidarios de la ruptura con España aumentaron casi seis puntos con respecto a la última encuesta realizada en noviembre de 2013, momento en el que se situaron en el 54,7% de catalanes.

La encuesta fue realizada a 1.600 mayores de edad entre el 4 de diciembre de 2013 y el 17 de diciembre, en plena negociación sobre la fecha y la pregunta de la consulta (el acuerdo se cerró el 12 de diciembre). El CEO reveló en aquel sondeo que el 87% de la población catalana acataría el resultado de la consulta, mientras que un 9,3% no lo haría y el resto no se definía.

La independencia ‘toca’ fondo antes del 27-S

La encuesta realizada por el CEO en julio de 2015 mostraba como sólo el 42,9% de los ciudadanos apoyaba la independencia de Cataluña a tres meses de las elecciones autonómicas del 27-S. En el sondeo, realizado a 1.050 personas, los partidarios de seguir formando parte de España aumentaban hasta el 50%, tres puntos más con respecto al anterior sondeo. Solo un 21% de los catalanes admitía que acudiría a las urnas pensando en el problema territorial frente a un 60% que votaría para juzgar la actuación de los partidos ante la crisis. En clave económica, sólo el 43% pensaba que la independencia supondría una mejora y que les iría mejor fuera de España, frente a los que creían que empeoraría (35%).