El efusivo abrazo entre el ex terrorista Petro e Irene Montero que retrata al Gobierno de Sánchez
La ministra de Igualdad, Irene Montero, ha protagonizado un efusivo abrazo con el presidente de Colombia, Gustavo Petro, durante la recepción en el Congreso de los Diputados. Petro, que fue integrante del grupo terrorista Movimiento 19 de abril, se encuentra de visita oficial a España apenas dos días después de criticar el «yugo español» sobre el pueblo colombiano.
Petro ha sido recibido por los presidentes del Congreso, Meritxell Batet, y del Senado, Ander Gil, además de 13 ministros. Aunque todos ellos han saludado con entusiasmo al dirigente colombiano, la sintonía entre Montero y Petro ha resultado llamativa.
El presidente colombiano ha recibido en varias ocasiones en Colombia a los dirigentes podemitas, entre ellos, la propia Montero o la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz. Incluso defendió a la ministra de Igualdad «agredida a través de la violencia política en España» por las críticas tras la reducción de condenas a agresores sexuales por la Ley del sólo sí es sí.
La visita a España se produce apenas dos días después de que Petro criticase con dureza la influencia española en América Latina. Con motivo de las celebraciones del Primero de Mayo, el dirigente colombiano proclamó que la «sociedad colombiana no tiene libertad», para añadir que el pueblo luchó en su día para «liberarse del yugo español, de destronar reyes y duques y príncipes, de acabar con privilegios, de acabar con un régimen productivo de esclavistas que condenaban al hombre negro a ser esclavos por perpetuidad (…) El ejército libertador fuese más poderoso que el Ejército del yugo», añadió en su intervención.
Petro ha aplaudido varias polémicas medidas del Gobierno de Pedro Sánchez, como el llamado «impuesto a los ricos». «Así se hace un pacto social, así se construye justicia social y una nación, así se construye la paz», opinó a través de las redes sociales.
Asalto
El pasado terrorista de Gustavo Petro no ha supuesto ningún impedimento para que el Gobierno español refuerce sus lazos con el dirigente colombiano, que incluso ha llegado a justificar el asalto al Palacio de Justicia en Bogotá, el 6 de noviembre de 1985, que provocó 101 muertos.
Aunque no participó en el asalto -estaba en la cárcel La Modelo de Bogotá cumpliendo pena por portación ilegal de armas-, Petro jamás pidió perdón por la toma a sangre y fuego del edificio en pleno corazón de Bogotá. Lejos de estar arrepentido, el chavista siempre ha justificado aquella atrocidad que dejaría una traumática huella de violencia y muerte en la historia de Colombia. «Esa toma sucedió porque se incumplió un acuerdo de paz por parte del Estado», afirmó en una entrevista.