Iglesias usó una beca de la Complutense para pegarse un viaje a México a ver a los zapatistas
El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, aprovechó una beca de la Complutense en su etapa como investigador universitario para conocer de primera mano cómo se organizaba la estructura civil que daba apoyo al Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), el grupo armado liderado por el subcomandante Marcos.
En concreto, Iglesias realizó en el curso 2001/2002 (tenía entonces 23 años) una estancia en el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México. Lo hizo gracias a un acuerdo de colaboración entre dicha universidad azteca y la Complutense de Madrid dentro del programa de ‘Convenios Internacionales del Vicerrectorado de relaciones internacionales de la UCM’. Según consta en el currículum del líder de Podemos, durante aquellos meses estuvo realizando «investigaciones de postgrado sobre derechos indígenas, globalización y movimientos sociales y colaborando en tareas docentes».
Una estancia de seis meses en la que también dedicó tiempo a entrar en contacto con el funcionamiento interno de los zapatistas. El propio Iglesias lo cuenta así en su tesis doctoral: «En México pude conocer directamente el zapatismo (determinante en mi tesis) pasando algunas semanas en las bases de apoyo del EZLN La Realidad y Guadalupe Tepeyac. Allí se cruzaron por mi vida algunos desobedientes infatigables sin los cuales este trabajo no hubiera sido posible. Destacan, entre ellos, Francesco Salvini y Adazahira Chávez, además de Abraham y Jorge Borrego, el Pontxo, Prime, María, Montse, Rocco, Juan Luis y la banda del Poli…».
Por «bases de apoyo» se refiere a las comunidades que constituían al brazo civil del zapatismo, encargado de tareas de asistencia y propaganda y en perfecta coordinación con el aparato militar propiamente dicho, el constituido por el EZLN del subcomandante Marcos.
En dicha tesis doctoral, Iglesias destaca que «el discurso zapatista, en especial en boca de su portavoz encapuchado [en alusión al subcomandante Marcos], era tremendamente útil, además, para superar ciertas fraseologías revolucionarias de la izquierda clásica. De hecho, la propia praxis armada del EZLN era poderosa no tanto en función de su potencia material mesurable en numero de bajas infringidas al enemigo, calidad del armamento, nivel de instrucción, numero de guerrilleros armados, etc., sino por su capacidad para generar mensajes en un mundo fundamentado, más que nunca, en la comunicación», subraya el secretario general de Podemos.
«El discurso zapatista, en especial en boca de su portavoz encapuchado, era tremendamente útil», afirma Iglesias
No es éste el único elogio que dedica Iglesias al jefe guerrillero en su investigación de postgrado. También recoge en ella que «nadie podrá negar que, en la interacción entre los guerrilleros ex-maoístas y las comunidades indígenas de Chiapas, así como en el proceso político iniciado a partir del 94 hasta la reciente ‘Sexta declaración de la Selva Lacandona 67’ y ‘La otra campaña’, el pensamiento político de Marcos, e incluso su propia personalidad y capacidad comunicativa, hayan influido de manera especial. Se trata, de nuevo, de un marco o fuente de producción privilegiada», recalca.
Líder populista
El exeurodiputado pone en valor «las características particulares del subcomandante insurgente Marcos» como líder populista en esa «relación del intelectual/dirigente con los grupos y sujetos a movilizar».
Durante el debate la investidura fallida de Pedro Sánchez, celebrado en marzo de 2016, Iglesias también quiso homenajear al cabecilla del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), esta vez sin citarlo expresamente En un momento de su intervención desde la tribuna de oradores, alabó la figura de «un inmigrante mexicano que trabajó en El Corte Inglés y dijo que había que mandar obedeciendo».