¡Es el mercado, amigo!

Las tribulaciones de Torres con Sabadell: de la toalla roñosa a la manipulación de mercado

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Eduardo Segovia
  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

La OPA del BBVA sobre el Banco Sabadell entra en su recta final y Carlos Torres lo tiene color hormiga, como todo el mundo sabía desde hace meses. Pudo retirarla con la excusa de las condiciones del Gobierno a la vez que las recurría ante el Supremo, o con la de que el Sabadell se quedaba cojo con la venta de TSB, pero se empecinó en seguir adelante por cabezonería. Sostenella y no enmendalla.

Como publicó en su día OKDIARIO, no le importa quedarse por debajo del 50% y conformarse con el porcentaje que acepte. Ya seguirá comprando más adelante como hizo en el turco Garanti. Pero es que, con las condiciones actuales, no va a llegar ni siquiera al 30% -quedarse entre el 30% y el 50% supone un enorme problema porque tendría que lanzar una segunda OPA en efectivo y probablemente a mayor precio-; el porcentaje que conseguirá será ínfimo, como ya le ha dejado claro su asesor UBS.

La única opción que tiene para evitar el desastre es, por supuesto, subir el precio. Luego volveremos sobre eso, que tiene mucha miga. Pero, a la espera de la decisión definitiva, que debe tomar como muy tarde el próximo miércoles, el BBVA ha echado el resto en una misión bastante inútil por no decir imposible: convencer a los pequeños accionistas del Sabadell de que vayan a la OPA a este precio y sabiendo que Hacienda les va a crujir a impuestos (algo que también les adelantó este periódico).

A la caza del accionista

Una campaña publicitaria tan masiva como sonrojante que trata al inversor como el PSOE a sus votantes: «Tampoco hay que dejarse influir por lo que se dice, porque se dicen tantas cosas». Toma ya. Esto, más que convencer a nadie, les va a reafirmar en su rechazo a la OPA. Porque precisamente ése es el colectivo más reacio a vender, ya que son clientes del Sabadell y le necesitan, más allá de apegos sentimentales.

Inasequible al desaliento, aparte de lanzar esta campaña, Torres ha movilizado a su red comercial con la prioridad absoluta de llamar a todos sus clientes con ciertos ahorros para preguntarles, así sin anestesia, si son accionistas del Sabadell. Hasta el punto de suspender los objetivos comerciales habituales y a ligar un bonus con el número de inversores convencidos.

Si consiguen localizar a algún accionista despistado del Sabadell, le invitan a la sucursal para convencerle y le regalan una «toalla roñosa» con el logo del BBVA, según un empleado de la entidad. Una desesperación que tiene indignados a los gestores de banca personal y privada (los VIP de la plantilla), que se sienten como vendedores de multipropiedad.

¿Subir el precio?

Como no tiene ninguna pinta de que estas estrategias disparatadas le vayan a dar resultado, la única opción que le queda es subir el precio, como se ha dicho. Una opción que hasta ahora todo el mundo daba por segura, pero que ya no está ni mucho menos clara; de ahí que la prima negativa se haya reducido (es decir, el Sabadell sigue cotizando por encima de lo que ofrece el BBVA, pero la diferencia se ha estrechado).

A priori, el BBVA, un banco que capitaliza 95.000 millones en Bolsa, no debería tener problemas para poner 1.500 ó 2.000 millones más para asegurarse el éxito de la oferta. Pero no es tan fácil. Por un lado, estaría pagando más por algo que vale menos tras la venta del TSB y las condiciones del Gobierno, que aplazan y reducen las sinergias (por mucho que se empeñe Torres en decir que van a ser incluso mayores).

Manipulación de mercado

Pero bueno, Torres controla su consejo y vencería cualquier oposición en este sentido si es su deseo. Hasta ahora no lo ha sido, porque se conforma con lo que acepte y porque está convencido de que su estrategia del miedo -la tesis de que el Sabadell se desplomará si no sale la OPA, que no se cree el mercado- convencerá a muchos accionistas. «Si el Sabadell se hunde, ya le valdrá porque demostrará que él tenía razón y que la mejor opción era acudir a la OPA», según una fuente cercana a la entidad

Pero es que también se arriesga a una sanción de la CNMV por manipulación de mercado, que puede destrozarle los beneficios (hablamos de casi 4.000 millones) e incluso desalojarle de su cargo. La causa: negar reiteradamente que va a subir el precio y luego hacerlo.

CNMV, BBVA, Sabadell
Carlos San Basilio, presidente de la CNMV.

«Lo que no pongas en el folleto de la OPA, no lo digas en público. Es una regla de oro. Si te quieres guardar la carta de la subida del precio y dejas la puerta abierta en el folleto, no sueltes ante cualquier micrófono que no vas a hacerlo. Porque quedas preso de tus palabras y, si las incumples, es una manipulación de mercado como una catedral», sostiene un experto con amplia experiencia en la elaboración de folletos de OPA.

¿Seva a arriesgar Torres a eso? Pues no parece, aunque, después de todo lo que ha hecho el BBVA en este proceso, cualquier cosa es posible. En todo caso, la solución llegará el miércoles. Más emoción, imposible.

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