vigente desde el 1 de enero

Temor en el automóvil a que se extienda a otras regiones el impuesto catalán del cambio climático

Quim Torra
El presidente de la Generalitat de Cataluña, Quim Torra. (Foto: Europa Press)
Carlos Ribagorda

El sector del motor no gana para sustos. A la caída de las ventas del diésel por las palabras del Gobierno de Pedro Sánchez de que estaba acabado, se suma la puesta en marcha por la Generalitat de un nuevo impuesto a los vehículos según su emisión de dióxido de carbono, vigente desde el 1 de enero. Ahora, el temor es que otras regiones copien al Ejecutivo catalán y aprueben tasas similares.

«Una vez que el Tribunal Constitucional ha dado luz verde a que la Generalitat apruebe esta tasa, es probable que otras regiones con las mismas competencias lo hagan también con el argumento de luchar contra el cambio climático. Baleares podría ser la siguiente», aseguran fuentes del sector.

«Al aprobarse en una comunidad, suele sentar un precedente para el resto y no es descartable que ahora empiecen otras regiones a hacerlo», explica otra fuente.

Anfac, la patronal del sector, ya avisó públicamente de los efectos negativos que tendría para Cataluña la aprobación de este impuesto, que será utilizado parcialmente para combatir el cambio climático. Según Anfac, las matriculaciones de coches podrían bajar en Cataluña al añadir un impuesto más, que se cobrará anualmente en noviembre, y que se añade al del Impuesto de Circulación -ayuntamientos-.

En el caso de Cataluña, el impuesto está vigente desde este 1 de enero después de que el Tribunal Constitucional diera la razón a la Generalitat en junio de 2019 y rechazara el recurso del Gobierno central -entonces gobernado por Mariano Rajoy-, que alegó doble imposición.

Todos los coches y motos que arrojen una emisión inferior a 120 gramos de CO2 por kilómetro estarán exentos este año. Para 2021, se rebaja a 95 gramos de CO2/km. Por ejemplo, un vehículo con unas emisiones de 150 gramos de CO2/km pagaría 17,5 euros en el 2019 y 44,5 euros en el 2020.

Por el contrario, un 4×4 con un volumen de emisiones de 218 gramos de CO2 por kilómetro deberá abonar 76,6 euros en el 2019 y 128,77 euros en el 2020.

Motos

En el caso de las motos, la situación es similar. En el caso del impuesto catalán han mejorado puesto que empezarán a pagar a partir de los 95 gramos de CO2/km, frente a los 75 gramos de la ley aprobada en 2017 y que no llegó a entrar en vigor por el recurso del Gobierno del PP. Cataluña es el primer mercado de España para este sector, por lo que la mejora es destacada por el sector de las dos ruedas y auguran un aumento de las ventas, caso contrario que los coches.

La nueva norma significa que el 75% de las motos quedarán prácticamente exentas del pago del impuesto al emitir menos emisiones. Por ejemplo, en el caso del modelo más vendido en España en 2019, el Agility City de la marca KYMCO, tiene una gama en su mayoría libre de impuestos (solo 1,40 euros del XCITNG S 400, y 14,7 euros del AK 550).

La siguiente batalla del sector de las dos ruedas es consensuar un mecanismo para cobrar el impuesto a las motos que no tienen acreditado cuanto CO2 emiten, que son alrededor del 80% de las motos en circulación. Los ciclomotores (menos de 50cc) están todos exentos al no llegar al límite de la emisión fijado en la ley.

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