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Que no te la cuelen: diferencias entre prestación por desempleo y subsidio por desempleo

Prestación por desempleo y subsidio por desempleo son cosas diferentes y tienen diferentes características

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Diferencias desempleo

El desempleo es una etapa desafiante que afecta a individuos y familias en todo el mundo. En el caso específico de España, el Servicio Estatal Público de Empleo (SEPE) ofrece un conjunto de beneficios para respaldar financieramente a quienes se encuentran sin trabajo, ya sea de manera temporal o permanente.

Dos de los principales recursos son la prestación por desempleo, comúnmente conocida como «paro», y el subsidio por desempleo, ambos con requisitos, características y objetivos distintos.

Prestación por desempleo

La prestación por desempleo constituye un seguro de desempleo gestionado por el SEPE, diseñado para salvaguardar la estabilidad financiera de aquellos que han perdido su trabajo involuntariamente o han experimentado una reducción considerable en su jornada laboral. Es fundamental destacar que este tipo de prestación no está disponible para quienes deciden abandonar voluntariamente su empleo. El acceso a este beneficio requiere haber cotizado a la Seguridad Social durante al menos 360 días en los últimos seis años, estableciendo así un período mínimo de contribución para ser elegible.

La duración de la prestación por desempleo se determina en función del tiempo cotizado, otorgando un período de cuatro meses por cada año cotizado, con un mínimo de cuatro meses y un máximo de dos años. Además del apoyo financiero mensual, esta prestación contributiva abarca varias áreas de protección social, como jubilación, invalidez, maternidad y otras contingencias.

La cuantía mensual de la prestación se calcula en base a las cotizaciones a la Seguridad Social de los últimos 180 días, proporcionando inicialmente el 70% de la base reguladora durante los primeros 180 días, reduciéndose al 60% a partir del día 181. Estos porcentajes puede variar dependiendo del tiempo de percepción del beneficio.

Los requisitos necesarios para acceder a esta prestación son claros y específicos: estar inscrito en la Seguridad Social, mantener una búsqueda activa de empleo, renovar la demanda de empleo periódicamente, no estar en edad de jubilación o recibir una pensión incompatible con esta prestación, y tener más de 16 años sin haber alcanzado aún la edad ordinaria de jubilación.

Entre las personas que son elegibles para esta prestación se encuentran trabajadores por cuenta ajena, socios de cooperativas, personas liberadas de prisión, trabajadores emigrantes retornados, extranjeros residentes legalmente en España, y trabajadores que hayan sufrido situaciones particulares como violencia de género o cuyo contrato haya terminado durante una baja por maternidad, paternidad o incapacidad temporal.

El proceso para solicitar esta prestación debe iniciarse dentro de los 15 días hábiles posteriores al cese del empleo o al retorno del extranjero. La solicitud puede realizarse de manera presencial o telemática, utilizando certificados digitales o contraseñas específicas según la elección del solicitante.

Subsidio por desempleo

Por otro lado, el subsidio por desempleo representa una alternativa para aquellos trabajadores que, a pesar de haber trabajado, no han alcanzado los requisitos mínimos para acceder a la prestación por desempleo contributiva. Este subsidio se otorga a quienes han trabajado y cotizado por desempleo durante al menos tres meses, siempre y cuando no superen ciertos límites de ingresos y rentas.

A diferencia de la prestación por desempleo contributiva, el subsidio por desempleo no implica una contribución a la jubilación ni a la cobertura sanitaria. Su cuantía mensual se establece en un 80% del Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples (IPREM), con ajustes proporcionales en caso de trabajo a tiempo parcial.

En resumen, tanto la prestación por desempleo como el subsidio por desempleo en nuestro país están diseñados para proporcionar apoyo financiero a quienes atraviesan la difícil situación de estar desempleados. Cada uno tiene unos requisitos específicos, duración y cuantías diferentes, pero en ambos casos,  tienen como objetivo fundamental poder mitigar las dificultades económicas derivadas después de la pérdida de empleo.

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