¿En qué consiste la inversión en arte?
Existen muchos espacios donde invertir el dinero que se dispone. En general, se considera que todo aquello relacionado con el mundo de la cultura no ofrece unos rendimientos suficientemente atractivos. Ahora bien, esto no es realmente así y, de hecho, existen mercados, como el del arte, que otorgan unos rendimientos interesantes.
De hecho, en tiempos pasados, había una burguesía que, ya fuera por imagen o por motivación, invertía cantidades importantes en arte y cultura.
¿Qué determina el valor del arte?
Los aspectos que facilitan que la inversión en arte sea tan importante son los siguientes:
- Exclusividad: aquellas personas que adquieren, por ejemplo, un cuadro, valoran de este producto el hecho que ellos serán los únicos poseedores de aquello. Por lo tanto, se está dispuesto a pagar un extra para gozar de tal exclusividad.
- Diferenciación: para las personas amantes de un determinado estilo o autor, una de sus principales motivaciones recae en conseguir las obras más importantes de aquel artista.
- Revalorización del valor con el paso del tiempo: una obra de arte, a medida que pasa el tiempo, sin necesidad prácticamente de invertir en ella más allá de la compra, incrementa su valor. Por lo tanto, es posible adquirirla en una fecha concreta y, con los años, venderla y conseguir por ella un precio superior.
¿Cuáles son las principales dificultades de tal inversión?
Los aspectos que hacen de esta inversión algo complejo son, principalmente, los siguientes:
- Diferenciación de distintos autores o estilos: un inversor no tiene, necesariamente, que ser un experto en arte. Ahora bien, en caso que no se tengan unos profundos conocimientos al respecto, es imprescindible dejarse guiar por uno. El valor de las obras difiere mucho según la época o el autor. Es más: se presenten obras de un mismo autor con valores muy distintos. Por lo tanto, hay que conocer de forma muy detallada el valor de cada pieza e invertir en aquéllas que se considere que realmente son valiosas.
- Valoración de las obras: no existen unos parámetros fijos y rígidos mediante los cuales sea posible medir el valor de una obra. Por lo tanto, esta subjetividad puede provocar que varios especialistas valoren de forma distinta una misma obra. En cada caso, dependerá de la visión particular que se tenga sobre la obra o de las especificidades técnicas que se valoren más.
- Cambios en las preferencias: puede que la adquisición de obras de arte de un autor esté, en un determinado momento, en auge. Ahora bien, ello no significa que en un futuro pueda cambiar la tendencia. Por lo tanto, el inversor debe de ser consciente que las obras pueden sufrir una devaluación en su valor.
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