SECTOR BANCARIO

El BCE se suma al ‘ecopostureo’ y avisa que subirá la presión sobre los riesgos ambientales de la banca

Día internacional de la Tierra

Subido a la ola de la fiebre sostenible, el Banco Central Europeo (BCE) ha pasado en pocos meses de hablar sobre la cuestión ambiental a pedir que las entidades financieras miren sus riesgos climáticos. Desde el viernes, el banco emisor constata que la información que ofrecen los bancos europeos sobre sus riesgos climáticos no es lo suficientemente buena para los niveles de supervisión que empezará a aplicar desde finales de junio. Por ello, la institución que preside Christine Lagarde ha pasado a «advertir» a la gran banca de la Eurozona: después del verano, el BCE revisará si las entidades cumplen las nuevas normas. Si no lo hacen, tomará «medidas».

De hecho, el vicepresidente del Consejo de Supervisión del BCE, Frank Elderson, ha indicado que es urgente que los bancos europeos mejoren su información sobre riesgos ambientales, dado que este año entrarán en vigor «normas más estrictas sobre divulgación de información. En caso necesario, adoptaremos las medidas supervisoras que correspondan para garantizar su cumplimiento por parte de las entidades».

Durante los dos últimos años, el supervisor bancario ha realizado diferentes pruebas de estrés climático para evaluar el impacto que este tipo de riesgos pueden tener en el perfil de riesgo financiero del balance del Eurosistema. El objetivo final del BCE es evaluar las implicaciones del cambio climático en los riesgos financieros. Para ello, ha realizado una prueba de resistencia en el balance de la gran banca que incluye cuestiones como las operaciones de crédito garantizadas y tenencias de valores corporativos, los bonos garantizados y bonos de titulización de activos en poder de cada banco. En dicho análisis, además, se han considerado tanto los riesgos físicos como los de transición.

Un riesgo añadido

Para la autoridad monetaria de la zona del euro, los riesgos relacionados con el cambio climático pueden actuar como «amplificadores de los riesgos financieros». Para identificar la sensibilidad de las carteras del sector a los riesgos climáticos utiliza herramientas como las evaluaciones de las agencias de calificación crediticia, la nueva herramienta de calificación climática desarrollada por el propio BCE y la huella de carbono.

Para el Eurosistema -la organización de supervisión que forman el BCE y los bancos centrales de los países miembros de la Eurozona- es esencial que las entidades incluyan la información sobre riesgos climáticos y medioambientales en su cartera de riesgos. De hecho, el banco emisor ya publicó las normas «estrictas que entrarán en vigor este año». El problema es cuando esa información no tiene la calidad prevista.

Para la institución con sede en la localidad alemana de Frankfurt, la mayoría de las entidades de crédito divulga información climática y medioambiental, pero la calidad de su información es «demasiado baja». Sólo el 6% de los bancos evaluados publica información adecuada. Aunque, actualmente, el 50% de las entidades informa del volumen de emisiones que financian, en la gran mayoría de los casos esta información es incompleta, poco específica y no está fundamentada adecuadamente.

En consecuencia, parece que las entidades no están preparadas para cumplir las normas de la Autoridad Bancaria Europea (ABE) sobre información divulgada en el marco del Pilar 3 que se aplicarán próximamente.

Las normas técnicas de aplicación (ITS) sobre la información divulgada en el marco del denominado Pilar 3, un conjunto de normas sobre la comunicación de información relativa a los riesgos ambientales, sociales y de gobernanza establecidas por la ABE, que se aplicarán a la mayoría de las entidades significativas de la zona del euro. El Pilar 3 tiene por objeto establecer un equilibrio entre la necesidad de información a revelar por las entidades -en su inmensa mayoría cotizadas- y la protección de la información interna y confidencial. No obstante, en casos excepcionales, el Pilar 3 puede exigir revelar información interna o confidencial.

Las entidades sujetas a estas nuevas normas deben publicar por primera vez información sobre los riesgos ambientales antes del final de junio de 2023.

La institución presidida por Christine Lagarde ha comparado por primera vez la información sobre riesgos climáticos y medioambientales que publican los mayores bancos de la Eurozona. Especialmente de aquellos que son considerados entidades de importancia sistémica mundial (EISM). Esa comparativa pone de manifiesto que, si bien estos grandes bancos europeos no cumplen aún las expectativas, su grado de cumplimiento supera al de bancos similares del resto del mundo y lo hacen en todas las categorías analizadas.

Los supervisores han informado a los bancos de sus conclusiones y les han instado a que subsanen las deficiencias y presenten planes indicando cómo se prepararán para cumplir las normas de presentación de información de la ABE que entrarán en vigor próximamente.

 

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