Así puede afectar la ‘mochila austríaca’ propuesta por Feijóo a su despido y a su jubilación
La mochila austriaca ha vuelto a saltar a la palestra por la proximidad de las próximas elecciones generales en España del 23 de julio. Esta medida del programa económico del Partido Popular introduciría un cambio notable en el mercado laboral español: consiste en la creación de un fondo de capitalización individual que se nutriría de las aportaciones de los empresarios, obtenidas de una parte del salario bruto de cada trabajador. La idea la puso en práctica el Gobierno austriaco en 2003.
Ese dinero, que quedaría a nombre y apellidos de cada persona, sería gestionado por una entidad financiera, que trataría de obtener rentabilidad con él. Se llama mochila a esta modalidad de ahorro por tratarse de un fondo que va unido al empleado, al que acompañará siempre aunque cambie voluntariamente de trabajo.
En caso de despido
Por ejemplo, si ese trabajador fuese despedido, en lugar de recibir una indemnización, como ocurre habitualmente en España y en otros países del entorno, se llevará consigo el dinero de esa mochila, que podría recibir en efectivo o reservarlo para el futuro como complemento de su pensión. Dicho de otra forma, la mochila austriaca es una cuenta en la que la empresa ingresa a nombre del trabajador una parte del despido por anticipado.
Del mismo modo, si el trabajador cambia de empresa, se lleva el dinero acumulado en su cuenta individual a su nuevo destino. Asimismo, si el trabajador no es despedido nunca y permanece en la empresa, podrá disponer de esa cantidad ahorrada de cara a su jubilación, al igual que si fuera un fondo de pensiones individual.
Por otro lado, un cambio notable que la mochila austriaca podría tener sobre el mercado de trabajo sería la eliminación de las indemnizaciones por despido. Actualmente, en España, el despido objetivo se salda con una indemnización de 20 días por año trabajado. El máximo de años por el que se puede percibir una indemnización es 12. Si el despido es improcedente, la indemnización será de 33 días por año trabajado con un tope de 24 mensualidades.
Sin embargo, esta idea no es nueva: sin ir más lejos, el Banco de España expuso en 2020 la necesidad de implantar en España este método de ahorro, cuando recomendó corregir la “dualidad” del mercado de trabajo español en lo que se refiere a las indemnizaciones por despido: “Las indemnizaciones son reducidas para los contratos temporales de corta duración y significativamente más elevadas para los indefinidos con mucha antigüedad”. Según argumentó el supervisor, la rigidez que provoca este modelo es un problema para la flexibilidad laboral: «Estas diferencias pueden distorsionar las decisiones de las empresas en los momentos en que tienen que afrontar una reducción de plantilla».
El organismo argumentó entonces: “Una de las posibilidades que se han considerado para corregir estas deficiencias, tanto en la literatura académica como en el debate público, es la acumulación de un fondo individual a lo largo de la vida laboral. Bajo este sistema, las empresas contribuyen todos los meses a un fondo a nombre del trabajador, que este puede recuperar cuando se produce una pérdida involuntaria del empleo”.
Cambio de paradigma
Diversos analistas consensúan que con este sistema se pueden evitar dos grandes disfunciones del mercado laboral español: por un lado, se evitaría que cantidad de parados agoten la prestación por desempleo. Por el otro, desincentivaría totalmente que hubiese empleados que busquen premeditadamente ser despedidos para cobrar una indemnización, ya que, en caso de quedarse sin trabajo, son los propios trabajadores los que se ocupan de sí mismos: consumirían parte de su propio fondo.