Tokio 2021 o cancelación de los Juegos Olímpicos

Los Juegos Olímpicos previstos para este año se encuentran en jaque. Las últimas encuestas en Japón –contrarias a su celebración– y la evolución de la pandemia del coronavirus han desembocado en una posible suspensión de la cita más importante del deporte mundial. El país, que ha invertido más de 12.000 millones de euros en instalaciones para la cita, se debate entre la celebración o no celebración del evento sabiendo que no existe un plan B para la disputa de la competición.

Según ha podido saber OKDIARIO, el Comité Olímpico Internacional no contempla mover los Juegos Olímpicos a otra sede porque «no da tiempo» a que nadie pueda tener preparada una Villa Olímpica y unas instalaciones acorde a las expectativas. Únicamente Pekín –que celebró los mejores Juegos en 2008– podría tener alguna posibilidad al reutilizarse todas las instalaciones anteriores, pero habría que construir un complejo mastodónico y negociar con las autoridades chinas, que tienen en su poder los Juegos de Invierno de 2022.

El Comité Olímpico Internacional, pese a los últimos rumores e informaciones contradictorias, confía plenamente en que la cita se vaya a poder celebrar sin incidencias y que todos estos rumores atiendan a un mero ‘calentón’ de algunos miembros del Gobierno nipón insatisfechos por la más que posible ausencia de público en las gradas.

«La primavera siempre llegará, la mañana seguramente llegará incluso después de largas noches, para dar alegría y esperanza a muchas personas, haremos todo lo posible hasta el final. Tenemos que proceder según lo planeado», dijo el presidente del Comité Organizador, Yoshiro Mori, después de que se declarase el estado de emergencia en todo el país hasta el 8 de febrero tras un repunte de casos de coronavirus.

La esperanza de que la distribución de la vacuna se haga de forma masiva entre deportistas y espectadores es una de las cartas que tiene guardadas el Comité Olímpico Internacional. El escenario de que no haya público en la competición es probable, aunque podría darse una afluencia limitada. Sin duda, todavía es demasiado pronto para saber qué ocurrirá con los Juegos Olímpicos, pero una cosa parece evidente: o Tokio o nada.