SE GANÓ EL TÍTULO DE PISCINERO Y DESDE ENTONCES NO LE QUIEREN EN SU PAÍS

Werner, el delantero más odiado de Alemania… hasta con la selección

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Timo Werner, en un partido de Champions con el Red Bull Leipzig. (AFP)
Hugo Carrasco

La irrupción de Timo Werner en la élite del fútbol mundial ha causado sensación a lo largo y ancho del continente europeo, menos en Alemania. El jugador del RB Leipzig es deseado por los grandes del continente, sin embargo en su país es uno de los jugadores más odiados. Ni siquiera el ser el delantero titular de la selección le basta para tener el cariño de sus compatriotas.

El jugador que pretende el Real Madrid para la próxima temporada -y que se ha ofrecido al conjunto blanco- se ha ganado la fama de piscinero en el país teutón por simular un penalti frente al Schalke la pasada campaña. El árbitro cayó en la trampa del delantero y el gol desde los once metros sirvió para que se llevaran la victoria. Desde entonces, el ariete del Leipzig es pitado en todos los estadios que visita.

El club en sí tampoco ayuda. El equipo no es precisamente querido en Alemania. Allí, les acusan de ser el claro ejemplo del ‘fútbol moderno’, un equipo joven -fue fundado en 2009- con dinero de una multinacional y cuyo ascenso ha sido fulgurante. En apenas dos temporadas ha pasado de estar en la tercera división germana a ser subcampeón de la Bundesliga. Cierto es que lo han conseguido sin hacer desembolsos multimillonarios.

Además, el delantero se erigió como la revelación de la liga al ser el máximo goleador del conjunto Red Bull, algo que contribuyó a que el odio hacia él se fuera extendiendo. El penalti ante el Schalke fue la gota que colmó el vaso. Incluso es increpado cuando juega con la selección. Ser el delantero de referencia para Low en la Mannschraft no le ha servido para ganarse el cariño de los aficionados alemanes, que tendrán que ver como será el nueve titular en el Mundial de Rusia este próximo verano.

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