Liga Santander 2019-2020: Sevilla – Real Madrid

El líder es Benzema

Sevilla Real Madrid Benzema
Benzema hizo el 0-1 del Real Madrid en Sevilla.

Un Real Madrid sólido, serio y muy competitivo se impuso al Sevilla en el Pizjuán en una lección de oficio y a ratos de buen fútbol. Los de Zidane lavaron la negra imagen de París y corrieron más que nunca. Benzema, otra vez decisivo, aúpa al Madrid hasta el coliderato, igualado a puntos con el Athletic y con cuatro de ventaja sobre el Barça. Toma crisis.

Después de lo de París a Zidane le venía otro compromiso de aúpa. Porque el Pizjuán no es un estadio cualquiera, para el Real Madrid es como un peluquero para Pablo Iglesias: le tiene repelús. Cuatro derrotas consecutivas en sus últimas cuatro visitas al campo del Sevilla atestiguan lo que escribo. La última, precisamente, con Lopetegui en el banquillo equivocado, o sea, en el del Real Madrid. Ahora se las vería con su ex equipo al mando de un Sevilla que se ajusta más a su perfil. Vamos, que le viene menos grande.

Perdón que divago. Digo que Zidane afrontaba el partido del Pizjuán casi con los mismos de París. Pero, claro, Sergio Ramos por Militao es mucho más que un cambio. Es como inyectarle al Real Madrid mil jeringuillas de competitividad, carácter, liderazgo y mala leche. En realidad, de todo lo que le faltó ante el PSG. ¿Podría la sola presencia de Ramos cambiar el semblante, cabizbajo y deprimido, del Real Madrid? Tendríamos 90 minutos para verlo.

A mandar salió el Real Madrid con sus laterales larguísimos, que ensanchaban el Pizjuán para dar profundidad y dominio posicional al equipo de Zidane. El Sevilla no le puso el ímpetu de otras veces o quizá se vio sorprendido por un Madrid tan valiente, como si les hubieran practicado un exorcismo después de lo de París. Del asedio blanco (verde en Sevilla) nació la primera ocasión que tuvo Benzema en su cabeza después de un córner en corto. El testarazo del francés se marchó arriba.

Respondió el Sevilla con un par de buenos centros al área que –ante un Courtois escondido bajo su larguero– a punto estuvieron de costarle un disgusto al Real Madrid a las primeras de cambio. Respiraba Zidane aunque el partido no tenía respiro. Ambos equipos adelantaban sus defensas y el duelo se jugaba en una franja que ni la de Gaza.

Que el ritmo no pare

Atacaban bien los de Zidane, se defendían mejor los de Lopetegui. A falta de ocasiones claras, el partido molaba. Era un intercambio de goles, de llegadas a las áreas y de córners, once en media horita. Hubo que esperar hasta el 33 para que el Real Madrid tuviera la primera ocasión. Fue muy clara y la tuvo en sus botas Hazard después de una buena recuperación de James. El belga se embolicó y disparó al muñeco ante Vaclik, que sacó una maravillosa mano abajo.

De nuevo Vaclik se erigió en héroe del Sevilla al sacar un gran pie en otro mano a mano ante Carvajal. El pase genial fue de James, que dejó al lateral mano a mano con el portero del Sevilla. Ahí se le hizo de noche a Carvajal, que perdonó la segunda ocasión clara consecutiva para el Real Madrid.

Y con esas dos ocasiones seguidas desperdiciadas por el equipo de Zidane nos fuimos al descanso. Del que volvimos sin cambios. Ni de jugadores ni de escenario. Hazard trataba de salir de las emboscadas y Bale bombardeaba el área del Sevilla. Pero faltaba un Cristiano que las rematara.

Pasaban los minutos y el peso de Hazard (sin segundas) iba creciendo en el partido. Sólo con faltas podía parar el Sevilla las galopadas del belga siempre tan vertical en su fútbol. Pero a Hazard, superada la hora de partido, le empezó a faltar gasolina. Su estado físico empieza a ser una cuestión de eso: de estado.

Reacciona el Sevilla… marca el Madrid

La salida al campo de Oliver Torres devolvió los mandos al Sevilla. Sufría el Real Madrid y entonces apareció…. sí, Benzema. La jugada la cocinaron entre Bale y Carvajal, que se sacó una asistencia superlativa. Su pase voló por el cielo de Sevilla como voló Benzema para cabecear por encima de la media salida de Vaclik. El francés, aunque no se lo crean, es Pichichi de la Liga.

Zidane, con el 0-1 a favor, tenía la ocasión ideal para mover el banquillo. Pero él no, él cabezón y sin hacer cambios. Con James y Hazard más fundidos que el queso de un San Jacobo, el Real Madrid pedía a gritos a un currante como Valverde e incluso a un agitador como Vinicius. En el 74 –más vale tarde– metió Zizou a Valverde por James.

El Real Madrid tomó aire y  afrontó el último cuarto de hora de partido con el liderato en el horizonte. Competía bien el equipo de Zidane, más remangado que Tezanos cocinando el CIS. Pasaban los minutos y faltaba el susto habitual del Madrid, que lo dio en el 86 al encajar un gol de Chicharito. Afortunadamente para los de Zidane, el mexicano estaba en fuera de juego.

Fue la primera y única ocasión de un Sevilla demasiado ortodoxo y algo falto de corazón y del ímpetu de otras visitas del Real Madrid. Los blancos, por cierto, lograron tres puntos que cosen una herida abierta después de la debacle de París. Zidane llegó con media estocada al Pizjuán y salió por la puerta grande. Pues eso. Toma crisis.

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