El maratón de Nadal en Río: 10 partidos y casi 20 horas de tenis en siete días
No pudo ser. Rafa Nadal luchó por todos los medios pero acabó sucumbiendo ante el demoledor juego de Juan Martín del Potro en las semifinales individuales de Río. Sin embargo, el maratoniano camino de Rafa todavía no ha acabado. Después de diez partidos le queda el último intento, el último aliento, para luchar por la medalla de bronce frente a Kei Nishikori. Sería la segunda en Río y la tercera en los Juegos.
El héroe del deporte español lo ha sido más que nunca en estos Juegos Olímpicos. Rafa Nadal ha sumado la friolera de 19 horas y 54 minutos en pista desde que debutara en la cita de Río frente al argentino Federico Delbonis el pasado domingo 7 de agosto. El hecho de jugar dos competiciones en solo una semana han cargado hasta la extenuación las piernas de un jugador que ya de por sí acostumbra a recorrer más distancia en los partidos debido a su carácter y perfil de jugador de contraataque.
Hasta diez partidos ha jugado Rafa en siete días, y todos ellos, a excepción del dobles frente a Marach y Peya de cuartos de final, por encima de la hora y veinte minutos de duración. Debutó en doble jornada con dos partidos relativamente sencillos antes de su primera gran batalla, la segunda ronda de dobles, en la que venció a los argentinos Del Potro y González en tres duros sets, en los que Nadal y un gran Marc López se impusieron por físico y confianza a sus agotados rivales.
Las primeras sensaciones en el torneo de Nadal eran buenas, y es que cabe recordar que aún no está recuperado al 100% de su muñeca, aunque parezca mentira. Rafa avanzaba rondas y las medallas comenzaban a vislumbrarse, sobre todo en dobles, donde jugar y compenetrarse tan bien con uno de sus mejores amigos le hizo dar prioridad a la prueba y destrozar a dos especialistas como los austriacos (6-3, 6-1) para firmar el pase a semifinales.
Especialmente duras resultaron las jornadas dobles de jueves y viernes, en las que tuvo que disputar dos partidos por encima de las dos horas de duración. Estuvo al límite, pero pudo lograr lo que prácticamente ninguno de los mortales haría: pleno de triunfos, incluida la medalla de oro en dobles junto a Marc.
Aunque pueda parecer una tontería vistos los datos, a Rafa podía interesarle jugar a una batalla física con Del Potro. El manacorí estaba lógicamente agotado después de una final de dobles muy dura, además de los mencionados minutos anteriores en los que se mantuvo en pista, pero enfrente se encontraba un jugador con mucha menor físico – en resistencia y expresividad – que él y al que dos datos le penalizaban más aún en materia física: la falta de continuidad en los dos últimos años y el durísimo partido al que tuvo que enfrentarse en cuartos frente a Roberto Bautista, en el que dejó claros síntomas de cansancio a pesar de la victoria final.
No competir en el mixto
Por todo esto, la decisión que tomó Nadal – junto al equipo técnico – de retirarse de los dobles mixtos, en los que iba a competir junto a Garbiñe Muguruza resulta cada vez más lógica. Un jugador que lleva dos meses sin competir y con esa carga de partidos no iba a poder aguantar el ritmo de tres torneos de tal dureza y tensión mental como los Juegos Olímpicos.
¿La decisión se podía haber tomado antes y dar el relevo a un compañero? Sin duda, pero también hay que saber reconocer la ambición y los derechos de una leyenda que ha dado y sigue dando tanto por España, tanto como dos oros olímpicos, de momento.