Rafa Nadal cae ante Del Potro en un duelo heroico y luchará por el bronce contra Nishikori
Rafa Nadal no podrá luchar por su segundo oro olímpico en Río. El héroe español cayó ante Del Potro en un partido agónico, histórico y cardiaco por 5-7, 6-4 y 7-6 y se las verá este domingo con Nishikori para intentar alcanzar la medalla de bronce.
El partido comenzó cuesta arriba para Rafa. Del Potro, con la derecha demoledora de sus buenos tiempos, le rompía el saque en el primer juego. Nadal intentaba cortar la bola para que el argentino tuviera que jugar agachado, pero no funcionaba. Con su saque, el tandileño no dio opción: juego en blanco y 2-0 en un decir amén.
Pero Rafa Nadal no había llegado hasta la semifinal para rendirse al primer contratiempo. Cogió aire y repitió su ritual antes de cada saque: culo, hombro, hombo, nariz, oreja, nariz, oreja. Y ganó su servicio en blanco con un par de buenos winners. 2-1. Llovía menos. En la grada era un partido de Copa Davis. Los argentinos, con Del Potro. El resto del estadio, con Nadal, sobre todo los brasileños por aquello del odio vecinal, ya se sabe.
Del Potro volvió a sacar como la Mula Francis y salvó su servicio, aunque Nadal empezó a dar señales de vida en el resto y al menos hizo un par de buenos puntos. 3-1. Respondió Rafa Nadal, que ya había entrado en calor, con otro juego en blanco al servicio, el segundo consecutivo. 3-2. Al argentino, de momento, le sostenía su saque.
Indestructible Nadal
Pero entonces Del Potro se tomó un respiro en sus pelotazos de saque y emergió un Nadal demoledor. Se hizo gigante en el fondo de la pista y rompió en blanco el saque del argentino. 3-3 y partido nuevo. Ocho puntos consecutivos de Rafa enderezaban el rumbo del encuentro. Nadal consolidó el break con su servicio a base de un juego rocoso desde el fondo de la pista. El argentino empezaba a desesperarse. Del 3-1 en contra al 4-3 a favor de Rafa.
Del Potro frenó la sangría con sus dos mejores armas: el saque –dos aces seguidos- y la derecha. 4-4. El partido era de una igualdad desesperante. Respondió Rafa ganando su servicio en blanco gracias a los errores no forzados del argentino. 5-4, el set a tiro de un break. Que no consintió Delpo con una serie de pelotazos imposibles desde el servicio. 5-5.
El primer set olía a tie-break. Pero Nadal quiso darle emoción a su saque y lo salvó desde el deuce después de disputar el juego entero on segundos servicios. 6-5 para el español. Del Potro sacaba cara al sol y eso mermó la eficacia de sus servicios. Rafa, con dos puntazos enormes se puso 15-40 con dos set-ball a su favor. Nadal no perdonó a la primera y se llevó el set por 7-5. Un pie de Rafa estaba en la final olímpica.
La mitad del trabajo ya estaba hecha, pero faltaba la otra mitad. Y había que sufrir, como hizo Nadal en el primer juego del segundo set para salvar su servicio desde el deuce. 1-0. Rafa tiraba de su privilegiada cabeza para ir desgastando a un Del Potro que empezaba a desesperarse. El argentino se encomendaba a su letal saque para aferrarse al partido y lograba el 1-1.
A pelotazo limpio
Del Potro, con medio partido perdido, decidió cambiar de táctica y empezar a jugar a pelotazo limpió. Y le funcionó porque rompió el saque de Nadal en la primera bola de break del segundo set. Rafa, que mostraba algunos síntomas de cansancio, había fallado demasiados primeros servicios. 2-1 en contra y a remar otra vez. Los dos siguentes saques los salvaron Del Potro y Nadal sin grandes apuros. 3-2 para el argentino en el segundo.
Delpo sacaba a más de 200 km/h y no había un policía que le multara. Logró el 4-2 con su dupla habitual: saque y derecha. Los argentinos recuperaban la ilusión y la voz en las gradas. Rafa contraatacó al servicio y se puso 4-3 recuperando sus mejores sensaciones. Del Potro tenía el set encarrilado, pero no ganado. El argentino volvió a agarrarse a su saque para poner el 5-3, mientras Nadal se desesperaba, impotente para restar los misiles de su rival.
Pero Rafa no se iba a rendir. Si Del Potro quería ganarle, tendría que currárselo al saque, porque Nadal salvaba el 5-4 con un tenis de raza y ráfagas de talento. El argentino tenía todo a favor para ganar el segundo set con su servicio y llevar el partido al tercero y definitivo. No lo desaprovechó y cerró el 6-4.
Más madera
Nos íbamos al tercero. Sacaba Rafa. Presión. Pero Nadal desayuna cada mañana presión con cereales y supo salvar su saque, agonía mediante, para ponerse 1-0. Le tocaba a Del Potro y a sus pelotazos. Aflojó un poco en el saque y Rafa llevó el juego dos veces al deuce e incluso tuvo una bola de break, pero otra vez el argentino volvió a aferrarse a su servicio para salvar el 1-1.
Nadal emitía síntomas de recuperación. Era una roca, mucho más sólido que Del Potro, que vivía de sus golpes ganadores. Rafa mantuvo su saque para ponerse 2-1. Cada juego valía oro en sentido estricto. El argentino parecía tocado, pero con su bazoca al saque podía ir sobreviviendo. Logró el 2-2 también sufriendo, otra vez al deuce, pero el partido ya no estaba para otra cosa.
Era el turno de Rafa con el partido al borde de la histeria. Del Potro se rehizo y tuvo dos bolas de break, pero emergió entonces el Nadal indestructible. Peleó cada punto, no se arrugó y salvó el 3-2. Rafa se sostiene en el alambre como un funambulista. ¡Qué pelotas tiene Nadal! El argentino contraatacó con su servicio para poner el 3-3. Iba la vida en cada punto y el español no paraba de correr ante los pelotazos de Del Potro.
Un duelo memorable
En el séptimo juego Nadal sacó lo mejor de sí para ganar su servicio con un par de derechas profundísimas que recordaron al mejor Rafa. 4-3. El partido se encaminaba hacia las tres horas y Del Potro preparaba su fusil para lograr el 4-4 al saque. Lo hizo. Y en el noveno juego del tercer set llegó el break del argentino, que se había puesto 0-40. Del Potro estaba a un saque de la final olímpica. Pero no sé si se lo había dicho: RAFA NUNCA SE RINDE. Así que apretó los dientes y rompió el saque del argentino en blanco con un tenis memorable y unos puntos para la eternidad. 5-5. ¡Madre mía, qué partido!
Rafa sacaba otra vez. Y Del Potro se puso 0-40, pero ya saben: NADAL NUNCA SE RINDE. Levantó tres bolas de break y salvó el 6-5. No se podía luchar más. Rafa era puro sudor. Sudaba España a su lado. Sacaba el cañonero Del Potro para llevar el partido al tie-break. Y lo hizo. En la muerte súbita ambos tenistas ya estaban exhaustos. Pero el argentino, con menos horas de pista en las piernas, aprovechó su solidez en el saque para poner el 7-6 definitivo y colocar el broche de oro a un duelo para la historia.