Simulando misiones

Las impactantes vacaciones de Gvardiol: entrenamiento militar con las fuerzas especiales y homenaje a Modric

Mientras muchos futbolistas disfrutan de sus vacaciones descansando en playas paradisíacas

El defensa croata del Manchester City, Joško Gvardiol, ha optado por algo menos convencional

Decidió sumergirse en una experiencia extrema: entrenarse junto a una unidad especial del ejército croata

El entrenamiento militar de Gvardiol.
El entrenamiento militar de Gvardiol.

Mientras muchos futbolistas disfrutan de sus vacaciones descansando en playas paradisíacas o viajando a destinos de lujo, el defensa croata del Manchester City, Joško Gvardiol, ha optado por unas vacaciones muy poco convencionales, marcadas por la adrenalina, el patriotismo y un profundo simbolismo personal. Lejos de la comodidad de un resort, Gvardiol decidió sumergirse en una experiencia extrema: entrenarse junto a una unidad especial del ejército croata. Y aprovechó rendir homenaje a una de las mayores leyendas del fútbol de su país, Luka Modric.

Durante varios días, el joven central y lateral formó parte de un programa de entrenamiento intensivo con el grupo de élite Commando Squad de las Fuerzas Especiales de Croacia. Este grupo, conocido por sus exigentes misiones de combate y simulacros de guerra, sometió a Gvardiol a situaciones que emulan conflictos reales, con fuego simulado, operaciones nocturnas, rescates y misiones en terrenos hostiles. Las imágenes difundidas muestran al futbolista con uniforme militar completo, arma en mano y rostro camuflado, participando activamente en ejercicios de táctica y supervivencia.

Gvardiol soprendió a los instructores

Esta experiencia no fue un simple tour o actividad de ocio. Gvardiol se integró completamente al ritmo del comando, compartiendo rutinas de entrenamiento físico extremo, trabajo en equipo y situaciones de estrés que están diseñadas para preparar soldados para escenarios reales de guerra. Según informaron medios locales, su compromiso sorprendió incluso a los instructores, quienes destacaron su disciplina, fortaleza mental y disposición para aprender. Para Gvardiol, no se trataba solo de un reto físico, sino de una forma de reconectarse con la historia de su país y rendir respeto a quienes lo defienden.

Pero el momento más emotivo llegó durante su paso por Zadar, una ciudad marcada por el conflicto bélico de los años 90, cuando Croacia luchaba por su independencia. Allí visitó las ruinas de la casa donde creció Luka Modric, el ídolo de varias generaciones croatas y compañero de selección. La vivienda, que fue destruida por los bombardeos durante la Guerra de los Balcanes, se ha convertido en un símbolo de resiliencia y superación. Modric, quien vivió de niño el horror de la guerra, logró convertirse en uno de los mejores mediocampistas del mundo y en el corazón de la selección croata.

Gvardiol, profundamente conmovido, dejó en la puerta de lo que fue esa casa una camiseta número 10 de la selección de Croacia, la del propio Luka Modric, como homenaje a su historia y legado. La imagen, que rápidamente se viralizó en redes sociales, fue interpretada como un acto de respeto y admiración, pero también como una forma de tender un puente entre generaciones. Gvardiol, considerado el heredero del liderazgo de figuras como el ex madridista, demuestra que comprende el peso de la camiseta croata y lo que significa representarla más allá del campo de juego.

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