El hijo de Negreira al Barça sobre Clos Gómez: “Quiere quedar bien con el Club y con los jugadores”
Carlos Clos Gómez, que actualmente es el jefe del VAR en el Comité Técnico de Árbitros (CTA), fue el colegiado designado para dirigir la final de la Copa del Rey de 2017 entre el Barcelona y el Alavés. Y, según el informe que el hijo del ex vicepresidente del CTA realizó para la entidad azulgrana, tenía un objetivo claro ante ese partido que, a la postre, sería su último como árbitro de campo: «Buscará quedar bien con el Club y con los jugadores».
Así de categórico lo explicita el informe realizado por Javier Enríquez para el Fútbol Club Barcelona previo a la final del torneo del KO, que el conjunto entonces entrenado por Luis Enrique terminaría ganando por 3-1 para alzarse con el trofeo en el Vicente Calderón. Aquél fue, por cierto, el último encuentro oficial disputado en el antiguo estadio del Atlético de Madrid. El árbitro era Carlos Clos Gómez, que también se despedía del fútbol en activo en esa fecha, un 27 de mayo de 2017.
Antes de dar un impulso a su trayectoria llegando a ocupar su actual posición como máxima figura al frente del videoarbitraje en España, Clos Gómez estaba interesado en quedar bien con el FC Barcelona, según señala el informe elaborado por el hijo del entonces número 2 de los árbitros. Según comunicó Javier Enríquez a la entidad blaugrana, «si el partido se desarrolla con normalidad y se gana, como cabe esperar, sería bueno que los jugadores y técnicos se despidan de él públicamente. Siempre es bueno para la imagen del Club». Por esa razón, subraya el informe de Enríquez, el árbitro «buscará quedar bien con el Club y con los jugadores».
¿Y cómo actuó Clos Gómez en aquel encuentro? Los informes postpartido que los Negreira ofrecían al Barça ofrecen una nítida respuesta al respecto. En el estudio realizado tras cada encuentro se señalaban los errores u omisiones que pudieran haber beneficiado al Barça. En el caso concreto de esta final, Javier Enríquez destaca el «gol 2-1 de Neymar» por estar «en posición de fuera de juego», a pesar de haber sido concedido. Ése fue el tanto que rompía el empate y que le daba una ventaja, ya definitiva, al equipo de Luis Enrique. «Debió señalar no gol y fuera de juego», reza el informe de Negreira Jr., que hace una anotación en la casilla en la que cuenta los beneficios arbitrales para el FC Barcelona.
Que Carlos Clos Gómez sería el árbitro encargado de dirigir la final de la Copa del Rey era algo que el FC Barcelona ya conocía con antelación, antes de la designación especial. El hijo de Enríquez Negreira ya se lo había adelantado tres meses antes a Albert Soler, que por aquel entonces era el director general del club de la Ciudad Condal. Y fue una elección no exenta de polémica, por más que resulte una práctica habitual designar para ese encuentro, la final de Copa, a un árbitro que se retira al final de la temporada en curso. Clos Gómez, del colegio aragonés, ya había pitado la final de Copa en 2013, en la que el Real Madrid cayó ante el Atlético. Y de vuelta a su última temporada, la referida 16/17, ya había protagonizado un polémico arbitraje en un Clásico en el Camp Nou con hasta tres decisiones favorables a los azulgranas, incluyendo un gol de Luis Suárez en fuera de juego, según se detalla en el informe de los Negreira.