Una cantada de Sommer sirve en bandeja la remontada al Barça (1-2)
El Borussia Park se vestía de gala para recibir a uno de los máximos candidatos al título, el Barcelona, que veía como esta vez no se pitaba el himno de Champions, como tampoco se pitó un claro penalti a los tres minutos de juego.
Piqué sacó la mano, pero el árbitro del encuentro, el esloveno Damir Skomina, no la vio tan clara como todo el mundo en un inicio en el que el Barcelona no se asentaba en el campo.
Con Neymar de mediapunta partiendo por detrás de Luis Suárez y Alcácer -la principal novedad en el once de Luis Enrique- iba a tener la primera. El brasileño, en una jugada elaborada iba a encontrarse con Sommer. Su compañero de la MSN presente se fabricaría él mismo la segunda oportunidad, que acabó con los mismos derroteros: otra parada del portero del Mönchengladbach.
El tercer atacante en cuestión, Alcácer, iba a disfrutar de la siguiente tras un pase atrás de Suárez que no pudo rematar con total nitidez el ex valencianista. Ya era todo un monólogo.
Rakitic también se iba a encontrar con Sommer, mientras que los alemanes respondían saliendo a la contra cuando se cumplía la primera media hora de juego.
La ley de Murphy del fútbol
Tanto fue el cántaro a la fuente, que de repente se rompió, pero en caso contrario. Pérdida de balón de Busquets que aprovechan los de Westfalia para robar y el hermano pequeño de Hazard, Thorgan, daba el campanazo inaugurando el marcador prácticamente a portería vacía.
Piqué pedía calma a sus compañeros y mientras en ataque, la misma historia. Luis Suárez se chocaba otra vez contra el muro de Sommer y eso desesperaba a los barcelonistas justo antes del descanso.
En la reanudación, todo iba a comenzar como en la primera mitad pero en el área contraria. Neymar la tuvo dentro del área mientras se quejaba de un penalti que el colegiado no señaló tampoco.
Era entonces el turno del carrusel de cambios. En los alemanes entraba Johnson por Raffael, mientras que el Barcelona respondía con un cambio a priori defensivo- Rafinha por Alcácer. Sobre el césped, la misma dinámica: ataque posicional azulgrana y contras del Mönchengladbach.
Arda, clave en la remontada
El frontón teutón era total y Luis Enrique movía ficha metiendo a Arda entraba por Rakitic. El propio turco iba a ser el protagonista del empate y el guión iba ser el mismo que en el primer gol. Busquets esta vez era el que recuperaba y cedía a Neymar, que con una cucharita de pase encontró al exrojiblanco en la puerta atrás para fusilar a Sommer.
Los dos centrales se cargaban con amarilla, y uno de ellos iba a ser el artífice del tanto de la remontada. Piqué aprovechaba una cantada de Sommer para con su alma de delantero encontrara el hueco perfecto en la red alemana.
Arda estaba en su salsa. El otomano casi pone tierra de por medio con una obra de arte que a Sommer le dio tiempo a rectificar. Luis Suárez quería su gol y no vio con buenos ojos esta decisión del primer goleador.
Últimos minutos de sufrimiento
En un abrir y cerrar de ojos, el Mönchengladbach veía cómo le habían dado la vuelta al marcador. Entonces André Schubert reaccionaba desde el banquillo introduciendo a dos hombres de ataque en busca de las tablas. Uno de ellos, Hahn pudo hacerlo pero su disparo no encontró la portería del hijo pródigo Ter Stegen.
Jordi Alba iba a ser el más pillo de la clase gastando los últimos segundos de juego tirándose al suelo mientras que el Barça no quería más que perder tiempo y que todo acabara.