Los más pobres de la India se refugian en los árboles durante la cuarentena
En estos momentos el 50% de la población global se encuentra confinada por la pandemia del COVID-19, incluidos los 1.300 millones de habitantes de la India. El país más poblado del mundo, por delante de China, es uno de los que mayores diferencias sociales tiene.
El sistema de castas Varna clasifica a los indios en cuatro clases principales: religiosos o profesores, gobernantes o guerreros, artesanos o mercaderes y trabajadores o sirvientes. Además, hay quienes no pertenecen a ninguna casta, los «intocables» o «parias».
Si a esto le sumamos la falta de infraestructuras sanitarias, el confinamiento en la India es como una bomba a punto de explotar. La falta de espacio en los hogares más pobres del país asiático ha obligado a muchos indios del estado de Bengala Occidental a construirse casas en lo alto de los árboles para estar lejos de sus familiares.
Además, varios millones de indios han huido al campo. En su mayoría pertenecen a la casta más baja y se han quedado sin trabajo en las ciudades, de manera que han decidido irse al campo, donde se sienten más seguros y tienen familiares.
Son trabajadores de ciudades como Mumbai o Delhi que sobreviven con salarios diarios muy bajos, y que han tomado la decisión de marcharse a las zonas rurales, a sus lugares de origen.
Narendra Modi, el primer ministro de la India, ha comunicado recientemente que la cuarentena no se extenderá más allá del 15 de abril. Y ha insistido en que es la única forma de frenar la pandemia. Sin embargo, no todo el mundo dispone de los recursos necesarios para sobrellevar y sobrevivir al confinamiento.
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