Los expertos lo confirman: estos son los efectos de beber una copa de vino diaria
A pesar de estar entre los principales países en consumo de alcohol, España evidencia una normalización del consumo de bebidas alcohólicas. Este hábito se ve respaldado por afirmaciones populares que sugieren que una copa de vino durante las comidas puede ser beneficioso para la salud. Sin embargo, cabe señalar que no existe evidencia científica que respalde esta creencia. Aunque el vino contiene ciertos componentes con propiedades antioxidantes, los riesgos asociados con el consumo de alcohol son significativos y no deben ser subestimados.
Efectos de beber una copa de vino todos los días
A pesar de la creencia común sobre los beneficios del consumo de alcohol, diversos informes científicos contradicen estas ideas. Según un informe de la Comisión Europea de 2022, todas las bebidas alcohólicas, incluido el vino, se consideran productos de alto riesgo para ciertos tipos de cáncer, como el del tracto intestinal bajo y de laringe.
Por otro lado, expertos en endocrinología y nutrición advierten que no hay un nivel seguro de consumo de alcohol. Incluso cantidades mínimas pueden incrementar el riesgo de enfermedades cardíacas, cáncer, enfermedades hepáticas y pancreáticas, así como demencia y trastornos metabólicos.
El consumo de alcohol, según la Universidad de Harvard, está estrechamente relacionado con una serie de problemas cardíacos. Esta práctica eleva el riesgo de padecer hipertensión, accidente cerebrovascular isquémico, insuficiencia cardíaca, miocardiopatía, aneurisma aórtico (una protuberancia en la pared de la aorta) y fibrilación auricular (una condición que provoca latidos cardíacos irregulares y rápidos, afectando su contracción normal).
El Ministerio de Sanidad también advierte que consumos intensivos de alcohol aumentan la posibilidad de sufrir un infarto. Aunque se sospecha que el alcohol puede contribuir al desarrollo de enfermedades de las arterias coronarias, se necesita más evidencia para confirmar esta relación.
Las mujeres, a pesar de representar un porcentaje menor de muertes relacionadas con el consumo de alcohol a nivel global (3,8 % frente al 12,2 % de los hombres), son más vulnerables a los efectos adversos que puede generar esta sustancia en el organismo. Esto se debe a que metabolizan el alcohol de manera más lenta en comparación con los hombres.
En resumen, aunque el vino tinto contiene polifenoles beneficiosos, estos nutrientes pueden obtenerse de fuentes más saludables y sin alcohol, como el consumo directo de uvas. Esta práctica evita los efectos nocivos del alcohol, al tiempo que se conservan los beneficios de los antioxidantes.
Federación Mundial del Corazón
Asimismo, la Federación Mundial del Corazón (WHF, por sus siglas en inglés) señala en su informe del mismo año que no existe evidencia científica que respalde los beneficios del consumo de alcohol, ni siquiera en cantidades pequeñas, para la salud cardiovascular. Además, este informe vincula al alcohol con un notable aumento de enfermedades cardiovasculares en las últimas décadas.
«La WHF refuta la noción generalizada de que beber cantidades moderadas de alcohol puede disminuir el riesgo de problemas del corazón y exige una acción urgente y decisiva para atacar el aumento sin precedentes de muertes relacionadas con el alcohol a nivel mundial. La evidencia es clara: cualquier nivel de consumo de alcohol puede conducir a una pérdida de salud. Los estudios han demostrado que incluso cantidades pequeñas de alcohol pueden incrementar el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares», expresa el organismo.
El alcohol en cifras
El consumo de alcohol en España es considerable, siendo la sustancia psicoactiva más comúnmente usada. Datos del Ministerio de Sanidad muestran que en 2017, el 91 % de la población entre 15 y 64 años había probado bebidas alcohólicas alguna vez, y el 63 % había bebido en los últimos 30 días. A nivel nacional, el consumo de alcohol es el cuarto factor de riesgo para la pérdida de salud y uno de los principales para el desarrollo de enfermedades, especialmente entre las personas de 15 a 49 años.
En España, la edad promedio de inicio en el consumo de alcohol es a los 14 años, lo que indica una normalización del consumo incluso entre los jóvenes. Esta normalización está influenciada por factores culturales que lo asocian a tradiciones y celebraciones, disminuyendo la percepción de riesgos asociados. Sin embargo, el consumo esporádico e intensivo en fines de semana o festividades conlleva riesgos importantes.
Cabe destacar que el impacto del alcohol no se limita a quienes lo consumen, ya que puede causar daños a terceros, como accidentes de tráfico, episodios de violencia, Trastornos del Espectro Alcohólico Fetal, entre otros. Además, es una sustancia psicoactiva adictiva y con capacidad de generar dependencia. En este contexto, la recomendación principal es evitar su consumo, ya que no existen niveles seguros.
No obstante, para aquellos que consumen alcohol ocasionalmente, se sugiere hacerlo dentro de límites considerados de bajo riesgo. Los niveles máximos de consumo seguro (para individuos sanos mayores de 18 años) se sitúan en dos unidades de bebida estándar al día para hombres, y una unidad diaria para mujeres. Una unidad equivale aproximadamente a 200 mililitros de vino, 300 mililitros de cerveza o 30 mililitros de alcohol.
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