La neurociencia en la comprensión de la consciencia
La neurociencia ha logrado avances en la comprensión de la consciencia, gracias a los estudios e investigaciones realizadas.
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La neurociencia ha entrado en un tema que antes era terreno de filósofos o teólogos: la consciencia. Las técnicas modernas para medir la actividad cerebral, como la resonancia magnética funcional (IRMf) y la electroencefalografía (EEG), han permitido a los neurocientíficos profundizar en el estudio de la consciencia.
Estas tecnologías han aportado valiosos elementos para la comprensión de qué es la consciencia, cómo se forma en el cerebro y cuáles son los límites entre los estados conscientes e inconscientes.
A medida que se han ido refinando las teorías, algunos investigadores han empezado a desarrollar estrategias para manipular la consciencia. El objetivo es tratar lesiones cerebrales, fobias y afecciones de salud mental como el trastorno de estrés postraumático y la esquizofrenia.
Los misterios de la consciencia
La consciencia se describe como la experiencia subjetiva de la mente y los procesos profundos de reflexión, comunicación y pensamiento. La Real Academia Española señala que es el conocimiento inmediato de uno mismo, de sus actos y reflexiones. En inglés, el Webster’s Dictionary la define como la condición de estar despierto y consciente de uno mismo y del entorno.
A pesar de los avances, todavía hay muchas preguntas sobre la consciencia que se mantienen sin respuesta. Anil Seth, neurocientífico cognitivo, señala que aún no se sabe cómo se produce la consciencia.
Uno de los avances más significativos en este terreno fue el estudio de Adrian Owen. Este científico investigó la actividad cerebral de una mujer en coma utilizando IRMf. Al pedirle que imaginara diversas actividades, Owen y su equipo observaron patrones de actividad cerebral similares a los de personas conscientes.
Este hallazgo transformó varias de las ideas que se tenían sobre la conciencia. Reveló que esta puede estar presente en estados en los que aparentemente no hay respuesta frente al mundo externo.
La ubicación de la consciencia
La neurociencia ha identificado regiones y circuitos cerebrales que pueden estar relacionados con la consciencia. De todos modos, persiste el debate sobre cuáles son los procesos y áreas más determinantes.
Desde el siglo XIX, se sabe que la corteza cerebral es la base de la consciencia. Sin embargo, algunos estudios recientes han llamado la atención sobre un área denominada “zona caliente” cortical posterior. Esta es responsable de las experiencias sensoriales y parece tener una gran actividad durante el sueño, como lo reveló un estudio de 2017.
Otra región cerebral importante es el tálamo. Algunos investigadores han experimentado con la estimulación ultrasónica del tálamo en personas con daño cerebral. Los resultados indican que esta estimulación puede ayudar en la recuperación de pacientes en coma, aunque los beneficios no siempre son duraderos.
Lo cierto es que el estudio de la consciencia ha mostrado que existen complejas interacciones entre diversas regiones cerebrales. Esto significa que lo consciente no se limita a una sola área. A pesar de los avances, todavía hay muchas incógnitas. Los científicos continúan explorando las profundas conexiones entre la consciencia, los procesos neuronales y los trastornos psiquiátricos.
Enigmas sin resolver
Dentro de los muchos enigmas sin resolver, hay uno que llama mucho la atención. Cada año, muchas personas se vuelven conscientes mientras están bajo los efectos de la anestesia general.
Aunque están paralizadas y no pueden hablar, tienen la capacidad de escuchar y sentir. Esto, por supuesto, es muy traumático y se ha convertido en uno de los grandes desafíos éticos y legales para los médicos.
La presencia de ese fenómeno ha promovido la necesidad de establecer nuevas formas para detectar la consciencia durante la anestesia. Esto también afectará la forma como se planteará el consentimiento informado para los procedimientos médicos.
Roger Penrose, físico y matemático, ha dicho que los procesos mentales no pueden ser completamente racionalizados. Sugiere que la respuesta al problema de la consciencia podría estar en los microtúbulos, unos elementos del citoesqueleto presentes en las células y neuronas. Por lo tanto, los estudios sobre la conciencia deberían enfocarse de otra manera. El debate continúa.
Algunos hallazgos a conocer
Uno de los hallazgos más importantes de la neurociencia en relación con la consciencia es la existencia de una red de regiones cerebrales que se activan cuando estamos conscientes. Esta red, conocida como la red del modo por defecto, incluye áreas como el córtex prefrontal, el córtex cingulado anterior y el precúneo, y se activa cuando estamos en reposo o realizando tareas que requieren introspección y autorreflexión. Estas regiones están implicadas en la integración de la información sensorial, la memoria, la atención y el procesamiento emocional, aspectos fundamentales para la experiencia consciente.
Además de identificar las regiones cerebrales involucradas en la consciencia, la neurociencia ha explorado los mecanismos neuronales que subyacen a la generación de la conciencia. Una teoría ampliamente aceptada en este campo es la teoría de la integración neuronal, propuesta por el neurocientífico italiano Giulio Tononi. Según esta teoría, la consciencia emerge de la capacidad de las neuronas de integrar información de manera coherente y global en el cerebro. Cuanto mayor sea la complejidad y la integración de la actividad neuronal, mayor será el nivel de consciencia experimentado.
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- Neurología