Cuidados del bebé

«Swaddling» o técnica de envolver al bebé: qué es, cómo se hace, beneficios y contraindicaciones

Una técnica muy popular en Estados Unidos llena de beneficios pero también con detractores

Envolver al bebé imita a cuando el bebé está en el útero materno

Primer paseo del recién nacido: cuándo y cómo empezar a salir con tu bebé de manera segura

swaddling
Bebé envuelto.
Blanca Espada

Una de las preocupaciones más comunes para los nuevos padres es cómo lograr que su bebé duerma bien y permanezca tranquilo. En la búsqueda de soluciones para calmar a los recién nacidos, muchos descubren una técnica ancestral que ha sido utilizada durante siglos en diversas culturas: el ‘swaddling’, o el arte de envolver al bebé en una manta. Aunque no todos los padres están familiarizados con esta práctica, quienes la han probado suelen destacar su efectividad para ayudar a que el bebé se sienta seguro y reconfortado, recreando el ambiente acogedor que experimentaba en el útero materno.

El ‘swaddling’ consiste en envolver al bebé de forma ajustada en una manta suave, dejando que sus brazos queden sujetos a los lados y su cuerpo quede envuelto, pero con espacio suficiente para mover las piernas. Esta técnica, aunque simple en apariencia, puede tener un impacto significativo en la calidad del sueño del bebé y en su comportamiento general. Muchos bebés recién nacidos tienen el reflejo de sobresalto, que les puede hacer moverse repentinamente y despertarse. Al envolverlos con la técnica del swaddling, se logra disminuir estos movimientos bruscos, promoviendo un sueño más largo y profundo. Además, esta técnica puede proporcionar una sensación de seguridad que puede reducir el llanto y aumentar los períodos de tranquilidad. Si bien el ‘swaddling’ puede sonar como una solución ideal, es importante conocer cómo aplicarlo correctamente para garantizar que sea seguro para el bebé. Como con cualquier técnica relacionada con el cuidado de un recién nacido, hay consideraciones importantes y precauciones que se deben tener en cuenta para evitar riesgos. A continuación, abordaremos en profundidad qué es exactamente el ‘swaddling’, sus beneficios, cómo realizarlo paso a paso, las precauciones que deben tomarse y cuándo es recomendable recurrir a esta técnica para mejorar el bienestar de tu bebé.

¿Qué es el ‘Swaddling’?

El ‘swaddling’ es una técnica de envoltura que se ha utilizado durante milenios para calmar y reconfortar a los bebés. Esta práctica implica envolver al bebé de manera ajustada en una manta o tela suave, con el objetivo de limitar sus movimientos, imitando la sensación de estar en el útero materno. La técnica del ‘swaddling’ ha sido transmitida a través de generaciones en diferentes culturas, y aunque ha caído en desuso en algunos lugares, en otros sigue siendo una práctica común y valorada.

El concepto detrás del ‘swaddling’ es simple: al envolver al bebé en una manta, se le proporciona una sensación de seguridad y confort que puede ayudar a calmarlo, reducir el llanto y mejorar la calidad de su sueño. Este sentido de protección y la limitación de los movimientos también pueden ayudar a los bebés que son propensos a despertarse debido al reflejo de sobresalto, un movimiento involuntario que puede causar que los recién nacidos se despierten bruscamente.

Beneficios del ‘Swaddling’

El ‘swaddling’ ofrece varios beneficios, tanto para el bebé como para los padres. Uno de los principales beneficios es la mejora del sueño. Los bebés envueltos con esta técnica tienden a dormir por períodos más largos y tienen menos despertares nocturnos. Esto se debe a que la envoltura evita que el bebé se despierte por movimientos involuntarios, lo que les permite descansar más profundamente.

Otro beneficio significativo es la reducción del llanto. Muchos padres encuentran que el swaddling ayuda a calmar a los bebés inquietos o que lloran con frecuencia. Al sentirse más seguros y cómodos, los bebés envueltos suelen mostrar menos signos de estrés y ansiedad, lo que también contribuye a que los padres se sientan más tranquilos y menos agotados.

Además, el ‘swaddling’ puede ayudar a regular la temperatura corporal del bebé, manteniéndolo caliente sin la necesidad de múltiples capas de ropa o mantas. Esto es especialmente útil en climas fríos o durante la noche, cuando las temperaturas pueden bajar. Sin embargo, es fundamental asegurarse de que el bebé no esté demasiado abrigado, ya que el sobrecalentamiento es un riesgo que se debe evitar.

Cómo se hace el ‘Swaddling’

Realizar el ‘swaddling’  correctamente es crucial para asegurar que el bebé esté cómodo y seguro. A continuación, se describen los pasos básicos para envolver al bebé:

  • Preparación: coloca una manta suave en una superficie plana y limpia, formando un rombo. Dobla ligeramente una esquina hacia abajo para crear un borde en el que descansará la cabeza del bebé.
  • Colocación del bebé: coloca al bebé boca arriba sobre la manta, con su cabeza sobre el borde doblado y los brazos a los lados.
  • Envolvimiento: lleva un lado de la manta sobre el cuerpo del bebé, metiéndolo debajo de su cuerpo del lado opuesto. Asegúrate de que la manta esté ajustada pero no demasiado apretada, permitiendo que el bebé pueda mover ligeramente las caderas y las piernas.
  • Segunda capa: lleva la esquina inferior de la manta hacia arriba y sobre los pies del bebé, asegurándote de que quede sujeta sin apretar.
  • Último paso: finalmente, lleva el otro lado de la manta sobre el bebé y mételo debajo de su cuerpo, dejando que solo su cabeza quede libre.

Es importante que la envoltura no sea demasiado ajustada, especialmente en la zona de las caderas, para evitar problemas como la displasia de cadera.

Precauciones al Realizar el ‘Swaddling’

Aunque el ‘swaddling’ puede ser muy beneficioso, también es crucial seguir algunas precauciones para garantizar la seguridad del bebé. La primera precaución es no apretar demasiado la manta, especialmente en la zona del pecho y las caderas. La manta debe estar lo suficientemente ajustada para mantener los brazos del bebé en su lugar, pero no tanto como para restringir su respiración o el movimiento natural de las caderas.

Otra precaución importante es el sobrecalentamiento. Es esencial asegurarse de que el bebé no esté demasiado abrigado, ya que esto puede aumentar el riesgo de síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL). Para evitarlo, utiliza mantas ligeras y controla la temperatura ambiente. Si el bebé parece estar sudando o su piel está caliente al tacto, podría estar demasiado abrigado.

Además, es recomendable que los bebés envueltos siempre sean colocados a dormir boca arriba. Dormir boca abajo o de lado mientras están envueltos puede incrementar el riesgo de SMSL. Por último, es fundamental estar atentos a las señales de que el bebé ya no necesita ser envuelto. A medida que los bebés crecen y comienzan a moverse más, generalmente entre los dos y cuatro meses de edad, es probable que intenten liberarse de la manta. En ese momento, es mejor dejar de utilizar la técnica del swaddling.

¿Cuándo Recurrir al ‘Swaddling’ ?

El ‘swaddling’  es más efectivo durante los primeros meses de vida del bebé, cuando todavía tiene el reflejo de sobresalto y se beneficia más de la sensación de seguridad que le proporciona la envoltura. La mayoría de los expertos recomiendan utilizar esta técnica solo hasta que el bebé comience a intentar girarse o moverse por sí solo, lo cual suele ocurrir alrededor de los dos o cuatro meses.

En conclusión, el ‘swaddling’ puede ser una técnica útil para calmar a los recién nacidos y mejorar su sueño, siempre y cuando se realice de manera segura y adecuada. Como todo en la crianza, es importante observar al bebé y ajustar las prácticas según sus necesidades individuales. Con el conocimiento y las precauciones adecuadas, el swaddling puede ser una herramienta valiosa en los primeros meses de la vida del bebé.

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