Cómo lograr que tu bebé duerma «como un angelito»: Consejos y trucos para padres desvelados
Las pautas eficaces y que te van a sorprender con las que lograrás que el bebé se duerma por fin
Cómo es más seguro que duerma el bebé
¿Te cuesta que tu bebé se duerma por la noche? ¿Te despierta varias veces y no sabes cómo calmarlo? ¿Te gustaría que tu bebé durmiera más y mejor? Si has respondido sí a alguna de estas preguntas, tenemos algo bueno para ti ya que te vamos a explicar cómo lograr que tu bebé duerma «como un angelito» con los mejores consejos y trucos para padres desvelados.
El sueño es fundamental para el desarrollo físico, mental y emocional de los bebés. Un buen sueño les ayuda a crecer, a aprender, a regular sus emociones y a fortalecer su sistema inmunológico. Además, un bebé que duerme bien también beneficia a sus padres, que pueden descansar y disfrutar más de su paternidad.
Sin embargo, conseguir que un bebé duerma bien no siempre es fácil. Cada bebé es diferente y tiene sus propias necesidades y ritmos de sueño. Además, hay factores externos que pueden interferir en el sueño de los bebés, como el ruido, la luz, el frío, el calor, el hambre, el dolor, la ansiedad o la estimulación.
Cómo conseguir que el bebé duerma
A continuación te vamos a dar algunos consejos prácticos para ayudarte a crear unas rutinas, hábitos y trucos que favorezcan el sueño de tu bebé y que te permitan a ti y a tu pareja dormir más y mejor.
Establece una rutina de sueño
Una de las claves para que tu bebé duerma bien es establecer una rutina de sueño que se adapte a sus necesidades y que sea consistente. Una rutina de sueño es una serie de actividades que se realizan antes de acostar al bebé y que le ayudan a relajarse y a prepararse para dormir.
La rutina de sueño debe empezar al menos media hora antes de la hora de dormir y debe ser lo más tranquila y agradable posible. Algunas actividades que puedes incluir en la rutina de sueño son:
- Bañar al bebé con agua tibia y jabón suave
- Darle un masaje con aceite o crema hidratante
- Ponerle el pijama y el pañal limpio
- Darle el pecho o el biberón
- Leerle un cuento o cantarle una canción de cuna
- Apagar las luces y poner un sonido relajante o un peluche musical
- Acariciarle y decirle buenas noches
La rutina de sueño debe ser la misma todos los días, tanto entre semana como los fines de semana, y tanto si el bebé duerme en casa como si duerme fuera. De esta forma, el bebé asociará la rutina con el sueño y se sentirá más seguro y tranquilo.
Respeta los ciclos de sueño del bebé
Otro aspecto importante para que tu bebé duerma bien es respetar sus ciclos de sueño y sus señales de sueño. Los ciclos de sueño son las fases por las que pasa el bebé cuando duerme, que se alternan entre sueño profundo y sueño ligero. Los ciclos de sueño del bebé son más cortos que los de los adultos y duran entre 30 y 60 minutos.
Los ciclos de sueño del bebé se pueden dividir en dos tipos: el sueño REM (movimiento rápido de los ojos) y el sueño no REM. El sueño REM es el sueño más ligero, en el que el bebé sueña, mueve los ojos, las manos y los pies, y puede despertarse con facilidad. El sueño no REM es el sueño más profundo, en el que el bebé está más relajado, respira más lento y no se mueve.
Los bebés pasan más tiempo en el sueño REM que los adultos, lo que les permite procesar la información que han aprendido durante el día y favorecer su desarrollo cerebral. Sin embargo, esto también hace que sean más sensibles a los estímulos externos y que se despierten más a menudo.
Por eso, es importante que respetes los ciclos de sueño del bebé y que no lo molestes cuando está durmiendo. Si el bebé se despierta entre un ciclo y otro, espera unos minutos antes de intervenir, ya que puede que se vuelva a dormir solo. Si el bebé llora o se muestra inquieto, acércate a él con suavidad y comprueba si necesita algo, como un cambio de pañal, un abrazo o un sorbo de agua. Si no necesita nada, intenta calmarlo con una caricia, una palabra o un sonido, sin sacarlo de la cuna ni encender las luces.
Las señales de sueño son las manifestaciones que hace el bebé cuando tiene sueño y que debes aprender a reconocer para acostarlo en el momento adecuado. Algunas señales de sueño son:
- Frotarse los ojos o las orejas
- Bostezar o estirarse
- Llorar o quejarse
- Perder el interés por los juguetes o las personas
- Tener los ojos vidriosos o las ojeras marcadas
Si observas alguna de estas señales de sueño, es el momento de iniciar la rutina de sueño y acostar al bebé. No esperes a que el bebé esté demasiado cansado, ya que entonces le costará más relajarse y dormirse. Tampoco lo acuestes demasiado pronto, ya que puede que no tenga sueño y se aburra o se frustre.
Crea un ambiente propicio para el sueño
El ambiente en el que duerme el bebé también influye en la calidad y la cantidad de su sueño. Por eso, es importante que crees un ambiente propicio para el sueño, que sea cómodo, seguro y tranquilo. Algunas recomendaciones para crear un ambiente propicio para el sueño son:
- Asegúrate de que la temperatura de la habitación sea adecuada, ni demasiado fría ni demasiado caliente. Lo ideal es que esté entre 18 y 22 grados centígrados.
- Ventila la habitación antes de acostar al bebé y evita el humo, los olores fuertes y las corrientes de aire.
- Oscurece la habitación con cortinas, persianas o estores, ya que la luz puede interferir en la producción de melatonina, la hormona del sueño.
- Reduce el ruido al mínimo, ya que el sonido puede despertar al bebé o impedirle entrar en el sueño profundo. Puedes usar tapones para los oídos, una máquina de ruido blanco o una música suave para enmascarar los ruidos molestos.
- Elige un colchón, una almohada, una sábana y una manta adecuados para el bebé, que sean firmes, transpirables y que se ajusten al tamaño de la cuna.
- Evita los cojines, los peluches, los edredones y las mantas gruesas, ya que pueden provocar asfixia o sobrecalentamiento.
- Coloca al bebé boca arriba para dormir, ya que esta posición reduce el riesgo de muerte súbita del lactante.
Cómo ves, todo lo explicado es fácil de aplicar y te permitirá que el bebé pueda dormir bien por las noches. Pero además, procura también que el bebé tenga una alimentación sana, variada y suficiente, y que no le falte ni le sobre nada. Si tu bebé es lactante, ofrécele el pecho o el biberón a demanda, y si ya ha empezado con la alimentación complementaria, introdúcele nuevos alimentos de forma gradual y siguiendo las indicaciones del pediatra y también, revisa que tu bebé esté sano y que no tenga ningún problema que le impida dormir bien, como fiebre, dolor, picor, congestión, tos o cualquier otro. Si tu bebé está enfermo, sigue las recomendaciones del pediatra y dale los medicamentos que necesite, así como mucho mimo y atención. Y si tu bebé está en una etapa de desarrollo que afecta a su sueño, ten paciencia y acompáñale en su proceso, sin forzarle ni presionarle.