¿Por qué los bebés suelen tener las manos frías?
Durante sus primeros meses los bebés suelen tener las manos frías, aunque si no tienen otros síntomas y están rosados, no tenemos porqué preocuparnos.
Una de las cosas que más sorprende a los padres cuando nace su bebé, es notar sus manitas frías en comparación con el resto del cuerpo. Aunque la temperatura del recién nacido, no suele ser la misma que la de un bebé que ya tiene varios meses, el tema de las manos frías es algo que se puede prolongar en las primeras etapas de nuestro bebé, pero ¿a qué corresponde?,¿es algo grave?.
¿Por qué los bebés suelen tener las manos frías?
Si te estás preguntando el porqué los bebés suelen tener siempre las manos frías, incluso aquellos que ya tienen varios meses cumplidos, la respuesta tiene que ver con la circulación de la sangre del niño o niña.
Si nuestro bebé presenta un aspecto rosado, y además no tiene síntomas de que algo le pasa, no tenemos porqué preocuparnos al notar sus manos frías, sino que hemos de saber que se trata de un fenómeno que depende de la circulación sanguínea a nivel periférico, que aún no es eficiente del tod. La situación se resuelve a medida que el bebé crece. Sin embargo, también es necesario considerar la posibilidad de que el niño tenga frío, porque quizás la temperatura exterior es objetivamente baja y está muy poco cubierto.
El sentido común en este caso ayuda: si hay 15 grados afuera y el niño usa solo un mono, es posible que sus manos frías indiquen que es apropiado cubrirlo más. Sin exagerar, sin embargo, porque demasiado calor produce tanta incomodidad al niño como el hecho de tener frío. Para saber si hemos abrigado demasiado al niño, basta meter la mano un rato por dentro de la ropa que le hayamos puesto y comprobar si se caliente rápidamente, o también ver si la cara del bebé está roja o sencillamente rosada. Incluso podemos fijarnos si el bebé suda, algo que también le sucede mucho a los bebés en cuanto los abrigamos en exceso.
Volviendo a las manos frías, es algo que también puede que le suceda al bebé mientras duerme. De hecho es realmente sorprendente comprobar que mientras el cuerpo del recién nacido o bebé se mantiene bastante caliente cuando duerme (y más si acabamos de darle el pecho o un biberón), sus manos quedan completamente heladas. El motivo es el mismo que el antes señalado, pero además, tras haber cenado, la calor del bebé suele concentrarse en su estómago, dejando las extremidades (tanto las manos como las pies), más «desprotegidas»). Bastará entonces con tapar un poco al bebé, aunque tampoco debemos exagerar o cubrirlo por completo con una manta ya que se corre el riesgo de que se produzca asfixia. En el supuesto (y recomendable) caso de que hagamos colecho con el bebé, bastará con arroparlo o acomodarlo junto a nuestro cuerpo para que sienta nuestra calor y duerma tranquilo.
Como vemos, las manos frías en los bebés es algo de lo más normal, aunque siempre debemos estar atentos y en el caso de que el bebé presente además síntomas como palidez o llanto quejumbroso, será necesario contactar con el pediatra.
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