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Vertidos, botellón, carreras ilegales y venta de droga en el entorno del barrio más caro de Palma

De enero a septiembre la Policía Local ha levantado en Nou Llevant 192 actas sancionadoras por actividades ilícitas

Vox reclama la instalación de cámaras en las zonas más conflictivas de la zona pero el Ayuntamiento no lo contempla

Palma Nou Llevant
Intervención de la Policía Local de Palma en el entorno de Nou Llevant.
Indalecio Ribelles
  • Indalecio Ribelles
  • Redactor de OKBaleares, información local de Palma, social y política. Antes, redactor en EL MUNDO/ Baleares durante 20 años.

Vertidos de escombros, botellón, carreras ilegales de coches y motos y trapicheo de drogas, en el entorno del barrio más caro de Palma.

Una serie de conductas incívicas y delictivas en el ahora denominado barrio Nou Llevant donde conviven las torres y bloques de pisos de los años setenta del siglo pasado del antes conocido Polígono de Levante, con una nueva área residencial donde los pisos no bajan, los más económicos del medio millón de euros, y fácilmente alcanzan las siete cifras, en gran parte de las nuevas construcciones.

Un nuevo enclave urbano que se está materializando a toda velocidad en apenas un lustro y que tiene que convivir dos calles más allá, con un entorno conflictivo y unos actos incívicos reiterados y denunciados por los vecinos del entorno comprendido entre las calles Bogotá y la avenida de México.

Un espacio que forma parte del proyecto de transformación urbana y cultural promovido por el Ayuntamiento bajo la marca de Nou Llevant, concebido como un espacio de referencia para el futuro de la ciudad. Así lo demuestra la ubicación allí de la Caja de Música, nueva sede de la Orquesta Sinfónica de Baleares, el futuro cuartel de la Policía Local, o el centro municipal de Can Ribas, una vez concluyan las paralizadas obras de reforma de este centenario inmueble.

Sin embargo, la realidad que padecen diariamente los residentes, por ahora, no está acorde con las excelencias de un futuro próximo sino más en consonancia con entorno inseguro, degradado y sometido a tensiones sociales constantes.

La percepción vecinal es que ciertos grupos actúan de forma premeditada para hostigar a los residentes en los nuevos bloques urbanos, utilizando el ruido, la amenaza y el vandalismo como formas de presión, generando un clima de tensión que pone en peligro la comodidad que los residentes esperan encontrar allí.

Pese a las reiteradas llamadas y denuncias vecinales dirigidas a la Policía Local y aunque la respuesta institucional ha existido, según los residentes, el calado de la misma ha sido claramente insuficiente.

En los casos en los que ha habido presencia policial, la intervención no ha resultado disuasoria para garantizar la seguridad, ni revertir esta situación, algo que niega el concejal de Seguridad Ciudadana del PP, Miquel Busquets. El edil apunta que la presencia y la actuación policial en este espacio «ha sido una constante» a lo largo del año, y califica de «inciertas» las acusaciones de dejadez.

Así lo demostraría el dato de que desde enero a septiembre se hayan levantado 192 actas y expedientado a 226 personas relacionadas con el trapicheo de drogas, botellón, circulación vehículos retirados y ruidos.

«Se están haciendo muchos controles», manifestó el máximo responsable político de la Policía Local de Palma en el primer pleno del curso político celebrado esta semana donde Vox proponía la instalación de cámaras en los puntos más conflictivos de la zona que sirvieran como elemento de disuasión.

«Para instalar cámaras», precisó a este respecto el edil del PP, «se tiene que informar a la Delegación del Gobierno y que lo autorice», cosa que no parece sea la intención del gobierno municipal.

Además como Busquets apunta, muchos vecinos tampoco quieren ni son partidarios de instalar badenes en las calzadas por el daño que provocan a sus propios coches, aunque esto impida las carreras de motos y coches en las despobladas calles de la zona.

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