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El chapucero plan de reforma de Can Ribas que aprobó el ex alcalde Hila deja la obra en la estacada

La rehabilitación está paralizada porque el proyecto no contempló la dotación de servicios ni de las instalaciones

No será la proyectada escuela municipal de circo cuando abra sus puertas, sino un centro de creación e innovación artística

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Indalecio Ribelles
  • Indalecio Ribelles
  • Redactor OKDIARIO en Baleares, información local de Palma, social y política en general. Antes, redactor en EL MUNDO/ Baleares durante 20 años.

El chapucero proyecto de reforma del edificio protegido de la antigua fábrica textil de Can Ribas, aprobado por el anterior gobierno municipal presidido por el hoy senador autonómico socialista José Hila, se ha saldado con la paralización de las obras de rehabilitación de este inmueble, que han quedado en la estacada y sin fecha para su reanudación.

Si bien la rehabilitación de esta nave industrial del último cuarto del siglo XIX, ubicada en el barrio de La Soledad y considerada Bien Catalogado, tenía que haber concluido hace ya dos años, a fecha de hoy, nadie sabe cuándo finalizarán unos trabajos paralizados hace meses y, menos aún, cuándo podrá abrir sus puertas al público.

Todo un desaguisado que arrancó desde el momento en que salió a concurso hace tres años un proyecto de reforma, no integral, sino dividido en dos fases, que iba a convertir este recio pero vetusto edificio industrial de dos plantas, con su icónica chimenea de 30 metros, en una escuela municipal de circo. Ya no será así.

La adjudicación de la rehabilitación de Can Ribas fue aprobada por acuerdo de Junta de Gobierno en junio de 2021 por valor de 930.490 euros IVA incluido. Lo extraño es que se adjudicó sin tener en cuenta las instalaciones, servicios, suministros, etcétera, lo que ha retrasado obviamente la ejecución de las obras.

El proyecto aprobado en el verano de 2020 fijaba la culminación de la rehabilitación a finales de 2021, después se aplazó hasta agosto de 2022, y más tarde, se aprobó una ampliación testimonial del plazo de ejecución de la reforma hasta el día 11 de febrero de 2023.

Una prórroga a todas luces insuficiente porque allí en estos momentos no hay nadie que trabaje. De hecho, está aún por ejecutar la dotación de servicios e instalaciones y en estos momentos, según fuentes municipales, es difícil prever el plazo para reanudar unas obras que fueron mal proyectadas desde el principio.

Lo único que en estos momentos parece ya claro es que en Can Ribas no será un espacio exclusivo para uso circense.

El nuevo gobierno municipal del PP, con el alcalde Jaime Martínez al frente, quiere que sea un centro de creación e innovación, con un programa activo de residencias para creadores y abierto a todas las manifestaciones artísticas. Los planes del nuevo equipo de gobierno pasan por implantar allí una oficina de atención al creador que pueda orientar a éstos en diferentes cuestiones que les atañen.

Desde subvenciones, a trámites administrativos, permisos, licencias, pero también convocatorias internas y externas, búsqueda de colaboradores, sponsors, programas de intercambio, otros programas de residencia y centros de creación, coordinación de todos los medios municipales al servicio de los creadores (teatros, salas de exposiciones, talleres, etcétera). Y por supuesto asistencia en el desarrollo de los programas creativos que tengan lugar en el centro.

No será por tanto de uso exclusivo para circo como pretendía el ex primer edil socialista Hila. Su gestión por la Asociación de Profesionales de Circo de Baleares (APCB), entidad curiosamente creada en 2017 cuando el proyecto para la habilitación de este espacio municipal ya estaba en marcha, está descartada.

Era un modelo de gestión calcado al de la Central del Circ de Barcelona para que Can Ribas fuera la casa común de todas las entidades y personas ligadas con el circo, como era la intención del concejal independentista de Cultura de Més Antoni Noguera.

Pero el tiempo pasa y la degradación va haciendo su mella en este edificio, dada su ubicación en el marginal barrio de La Soledad.

Aún hay quien recuerda las palabras de la entonces presidenta del Govern y hoy del Congreso de los Diputados, Francina Armengol, quien en una visita a estas obras en marzo de 2022, acompañada por los citados Hila y Noguera, alabó la planificación de las actuaciones «porque lo que se planifica y se sueña, se puede conseguir en algún momento».

Lo que no dijo fue el tiempo que tendría que pasar para ello, porque las chapuzas se pagan caras y con dinero siempre a cargo del contribuyente.

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