La viuda del cabo muerto en Cerro Muriano: «Mi marido ya me avisó, las maniobras eran una locura»
"Siempre decía con resignación que las órdenes había que cumplirlas"
La mujer, que supo de la noticia "por la radio", pide "cambiar el sistema" para evitar otra tragedia
La viuda del cabo Miguel Ángel Jiménez, fallecido el pasado diciembre junto al soldado Carlos León durante unas maniobras en la base militar de Cerro Muriano (Córdoba), ha denunciado en una carta que su marido ya le advirtió días antes de que realizar el ejercicio, consistente en cruzar un largo artificial, era una «locura».
La mujer se muestra «convencida» de que las muertes de los dos militares «se podían haber evitado sin ninguna duda». «Se debería haber paralizado el ejercicio si no contaban con los medios necesarios para que no ocurriera ninguna desgracia. Maldita la hora en la que se ordenó el cruce del lago», añade María José en la misiva remitida a los medios.
La viuda del cabo revela que se enteró «por la radio» de la «peor noticia» de su vida. «Estaba trabajando y me quedé paralizada. Nunca imaginé que se tratara de mi marido. Empecé a buscar información, llamando a amigos y compañeros, hasta que a los pocos minutos me llamaron de la base de Cerro Muriano para decirme que lo estaban buscando por el campo de maniobras. En ese momento entré en shock. En ningún momento me dijeron que había sido en el lago», explica.
María José recalca que aquel fatídico jueves 21 de diciembre «podrían haber fallecido más compañeros tal y como se desarrolló el ejercicio». De hecho, su esposo le advirtió de que el ejercicio «era una locura». Los militares debían cruzar un lago de unos 100 metros de longitud sin usar las manos, sólo pateando. Además del uniforme, el casco, las botas y el fusil, llevaban una mochila de unos 12 kilos.
«Yo sabía que tenían maniobras del Plan de Instrucción Básico esa semana y que estaban muy agobiados porque semanas antes habían estado de maniobras en Zaragoza y no tenían mucho tiempo para tanto que se les exigía antes de las vacaciones de Navidad», expone en la carta, en la que recuerda que su marido se quejaba pero «siempre decía con resignación que las órdenes había que cumplirlas».
María José aboga por «cambiar el sistema» para evitar una nueva tragedia y pide que caiga «todo el peso de la Ley sobre los responsables de su muerte». «Deberían estar imputados desde el general de Brigada hasta la ministra de Defensa, ya que eran los máximos responsables de la base de Cerro Muriano y del Ejército», reclama.
«Es inimaginable que mi marido se fuera a hacer su trabajo y no volviera por haber muerto en esas circunstancias. Nuestros militares defienden a España, pero, ¿quién los defiende a ellos?», se pregunta.
«Siento un amargo dolor jamás antes vivido. Mi vida no tiene ilusión, siento que ha terminado. Y es una situación con la que tendré que vivir hasta el último día de mi vida. Sólo sigo adelante porque tengo confianza en la Justicia», remata. Por último, la mujer ha agradecido el «apoyo» de los compañeros de las víctimas y a quienes la han respaldado con «sensibilidad, amor y delicadeza».
El pasado julio, recordemos, el titular del Juzgado Togado Militar Central nº 2 de Madrid, que instruye la causa, dictó auto de procesamiento contra seis mandos del acuartelamiento (un capitán, un teniente, un sargento, un teniente coronel, un comandante y un coronel) a los que, inicialmente, ha dejado en libertad provisional.