Otros 10 años de cárcel para un osteópata de Almería por abusos sexuales a pacientes en su consulta
La Audiencia de Almería ha condenado a diez años de prisión a un osteópata por abusar sexualmente de dos pacientes que, aquejadas de diferentes afecciones, acudieron a la consulta que tenía en su casa de Níjar. El acusado les introdujo los dedos en su zona genital mientras se encontraban tendidas en la camilla, tocamientos que señaló «necesarios para mitigar sus dolores». El hombre ya fue sentenciado anteriormente a cinco años y medio de cárcel por un delito de similares características sobre otra mujer.
En esta ocasión, la Sección Tercera condena al acusado por dos delitos de abuso sexual con introducción de miembros corporales, si bien le absuelve de un delito de intrusismo profesional. La sentencia, sobre la que cabe recurso de apelación, también inhabilita al osteópata por un periodo de 12 años, le impone siete años de alejamiento e incomunicación sobre cada una de las víctimas y seis años más de libertad vigilada. Además, deberá indemnizarlas conjuntamente con 10.000 euros.
Los hechos tuvieron lugar entre 2014 y 2015, cuando O.F.B. atendió a las pacientes en su domicilio. La primera de las víctimas acudió a la clínica porque padecía un problema de espalda de forma que, siguiendo las indicaciones del acusado, se tumbó en la camilla, donde «de forma inesperada y sin advertírselo», el hombre «comenzó a masajear las ingles».
Fue entonces cuando el acusado, conforme se dio por probado durante la vista oral, le introdujo los dedos en su zona genital «de manera sorpresiva» mientras le manifestaba que «lo hacía porque un orgasmo le ayudaría a relajarse». Ante tal situación, la mujer se levantó «inmediatamente» de la camilla, pagó y se marchó.
El segundo de los delitos se produjo meses después, cuando otra mujer acudió a la clínica por problemas de espasmos en la vejiga. Tras realizarle presiones en el abdomen y en la pelvis, el hombre «le metió la mano por el pantalón» de chándal, apartó su ropa interior y volvió a efectuar «tocamientos» en el interior de su vagina.
El tribunal otorgó verosimilitud a las declaraciones efectuadas por las víctimas ante su contundencia y detalle en la narración de los abusos del acusado, perpetrados con «ánimo lúbrico» y con «evidente contenido lascivo y de satisfacción sexual».
En ambos casos, «abarcó el claro propósito de atentar contra la libertad sexual de las perjudicadas y de lograrlo aprovechándose de la situación en que él mismo, abusando de su condición profesional, las había colocado al quedar casi desnudas en la camilla, sometidas a los tocamientos que tuvo por convenientes bajo la excusa de que eran necesarios para mitigar sus dolores».
Cabe recalcar que el acusado ya fue condenado por el mismo tribunal a cinco años y medio de cárcel por unos hechos similares que tuvieron lugar en agosto de 2018, cuando abusó de una mujer que acudió a su consulta por una hernia discal. Durante su exploración, de la que se derivaron los abusos, el condenado le aseguró que «tenía el cuello del útero desplazado» tras introducirle los dedos en su zona genital.