Detenido Candy, antes Cándido, el maltratador de Sevilla que cambió de sexo para eludir la cárcel
La condena por maltrato a su ex mujer habría prescrito en noviembre
El juzgado ha ordenado su ingreso inmediato en prisión


La Policía ha detenido en Espartinas (Sevilla) al hombre que cambió de sexo en el Registro Civil para evitar la cárcel tras una condena por maltrato a su ex pareja. Pasó de llamarse Cándido a Candy. Sobre él pesaban cuatro órdenes de busca y captura. El detenido ha ingresado en el centro penitenciario de Sevilla I para cumplir una pena de 15 meses de prisión, condena que habría prescrito en noviembre.
El maltratador eludió en mayo otra citación judicial por nuevas agresiones a su ex mujer por las que la Fiscalía solicita cuatro años de cárcel. Candy alegó que se encontraba en Marruecos y no tenía posibilidad de volver a España. La víctima sospechaba que no se había ido a ningún lado, sino que seguía en la provincia de Sevilla y se estaba burlando, otra vez, de la justicia: «Es una mentira más para hacernos perder tiempo y reírse de nosotros». El juicio, suspendido ya en dos ocasiones, quedó fijado para septiembre.
La detención se produjo la tarde del pasado viernes, según ha informado la Policía Local de Espartinas, que trasladó el caso a la Guardia Civil. El asunto se derivó al juzgado de guardia de Sanlúcar la Mayor (Sevilla), que dictó su ingreso inmediato en prisión. Desde el pasado sábado Candy se encuentra en el módulo de ingresos de la prisión Sevilla I, a la espera de que se le asigne celda. La víctima ha expresado a Efe su «satisfacción y tranquilidad» por el arresto.
El abogado de Candy, Juan de Dios Ramírez, ha dicho que irá a visitarlo en los próximos días y que siempre aconsejó a su cliente que se entregase a la justicia para cumplir la pena.
La detención se ha producido cinco días después de que la titular del Juzgado de lo Penal n.º 3 de Sevilla rechazase en un auto que hubiese prescrito la pena de cárcel de 15 meses. El pasado mes de octubre, el mismo juzgado emitió un auto reclamando la detención e ingreso en prisión de Candy. El abogado de la víctima, José Antonio Sires, pidió en su escrito de alegaciones que se agilizase su detención, ya que este mes de noviembre habría prescrito la condena.
El historial «criminal» de Candy
Candy, recordemos, fue condenado en 2019 a 15 meses de cárcel por quebrantar la orden de alejamiento sobre su ex y por un delito de amenazas. La sentencia es firme desde 2023, pero ha intentado dilatar su ingreso en prisión agotando todos los recursos judiciales, incluida una petición de indulto al Gobierno de Pedro Sánchez.
El Ministerio de Presidencia y Justicia denegó su solicitud el pasado mes de enero alegando la «peligrosidad delictiva» y la larga «trayectoria criminal» de Candy, que siendo Cándido acumuló «ocho condenas por diversos delitos, varias de ellas en el ámbito de la violencia de género».
Ahora está acusado de presunta violencia doméstica, lesiones y maltrato a su ex mujer, con quien tiene dos hijos tras 10 años de matrimonio. Cándido ya pasó 19 meses en prisión por malos tratos a una pareja anterior.
El pasado mes de abril la Audiencia de Sevilla resolvió que no debe juzgarse como violencia machista el segundo episodio del particular infierno que vive su ex mujer. Tras rebotar de un juzgado a otro durante meses, el caso recayó finalmente en el Juzgado de Instrucción n.º 14 de Sevilla. La Audiencia sostiene que, tras pasar por el Registro Civil, en el momento de los hechos denunciados (julio de 2024) «esta persona ya era de sexo mujer».
La víctima aseguró que su ex pareja «se ríe de todos» y «sigue haciendo su misma vida de hombre». «Este auto abre la caja de Pandora para los maltratadores que quieran bordear la ley de violencia de género», afirmó entonces el abogado de la víctima a este periódico. Por su parte, Candy manifestó en su día que siempre se ha «sentido mujer» y el «único error» que ha cometido en su vida ha sido «crecer en una sociedad en la que ha estado cohibida durante mucho tiempo».
La Audiencia de Sevilla sostiene que este cambio de sexo no supone un fraude de ley, ya que no reporta «especiales ventajas» en el procedimiento a la persona investigada: aunque la pena mínima a la que se enfrente será menor, las máximas «en ambos casos son idénticas».