Nefertiti: La reina que desafió las normas de su tiempo
Nefertiti encarna la lucha por el poder y la influencia en un mundo dominado por hombres. ¿Cómo fue su vida y su reinado?
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Nefertiti, la legendaria reina egipcia, es considerada una de las mujeres más hermosas y poderosas de la antigüedad. La historia de Nefertiti, que se remonta a unos 3.500 años, está repleta de misterios no resueltos, de hecho, sólo se conservan unos pocos relieves e inscripciones antiguas con escasos detalles sobre su vida. Lo que sí se sabe con certeza es que a los 15 o 12 años de edad se unió en matrimonio con Amenhotep IV, convirtiéndose así en Gran Esposa Real.
¿Quién fue Nefertiti?
Nefertiti (c.1370 – c.1336 a.C.) fue una antigua reina egipcia perteneciente a la dinastía XVIII. Nació hacia el año 1370 a.C. y creció entre los miembros de la élite en el palacio real de Tebas, puesto que era la hija del visir del faraón Amenhotep III, un hombre llamado Ay. A los 12 años de edad, Nefertiti se compromete con su hijo, Amenhotep IV, sin saber que se convertirían en los faraones más poderosos de era antigua.
Una vez que ascendió al trono, Nefertiti llevaba el título de Gran Esposa Real y estaba en igualdad de condiciones con su marido. Durante sus primeros años de reinado, Nefertiti se convirtió en Neferneferuatón («bella es la belleza de Atón») y su esposo cambió su nombre de Amenhotep IV a Akenatón («el que sirve a Atón»), tras declarar a Atón el dios único y verdadero.
Nefertiti, Akenatón y el dios Atón
Después de cinco de reinado, Akenatón decidió abolir el politeísmo, vetando a todos los dioses egipcios, con el fin de adorar únicamente a Atón, el dios de la luz, que era representado como un disco solar radiante. A pesar de la polémica que esto supuso en la sociedad egipcia, Nefertiti adoptó con facilidad el plan de su marido, probablemente debido a que la reina era adepta del culto de Atón desde muy temprana edad.
Si bien la decisión de los faraones de abolir las prácticas religiosas de Egipto y cerrar los templos surgió de una convicción religiosa genuina, también era parte de una maniobra política para recortar el poder y la riqueza de los sacerdotes.
En un principio, la pareja real vivía en el palacio de Malkata en Tebas, el cual había sido construido durante el reinado de Amenhotep III. Pero, debido a la revolución religiosa que encabezaron Nefertiti y su esposo, el palacio fue remodelado con un nuevo estilo sagrado. La pareja mandó cubrir las paredes del palacio con oro y abundantes relieves ornamentados.
Hacia el año 1350 a. C., los faraones abandonaron la capital, Tebas, para asentarse en su nueva residencia real (que era aún más grandiosa) en la entonces llamada ciudad de Akenatón («horizonte de Atón»). La misma fue construida en un valle protegido por escarpados acantilados en la llanura de Amarna, donde habitaba una población de 50.000 personas.
Nefertiti, la faraona más hermosa de Egipto
En su papel de reina consorte, Nefertiti probablemente también fue corregente. De hecho, Akenatón unió su sello junto al de su esposa como un símbolo de igualdad, y existe evidencia de que ella asumió las tareas tradicionales del faraón, mientras su marido se dedicaba a la reforma teológica.
Muchas de las imágenes antiguas halladas muestran a Nefertiti oficiando servicios religiosos, recibiendo a dignatarios extranjeros y moderando reuniones diplomáticas, lo que desvela que Nefertiti debió de ostentar más poder que cualquier otra mujer en Egipto desde la época de Hatshepsut (1479-1458 a.C.).
En lo que respecta a su apariencia física, los historiadores e investigadores coinciden en que Nefertiti tenía una belleza deslumbrante. Al detallar el “Busto de Nefertiti”, una de sus representaciones antiguas más famosas, es posible apreciar sus sorprendentes rasgos, incluidas sus cejas arqueadas, sus hermosos ojos almendrados y su cuello elegantemente alargado.
¿Qué pasó con Nefertiti?
Pese a contar con el apoyo de varios terratenientes, la revolución religiosa de los nuevos faraones fue rechazada por los súbditos y fieles creyentes del panteón egipcio, quienes lo consideraban una deshonra. Fue así como, al poco tiempo, la popularidad de la pareja real se vino abajo.
Akenatón murió en el año 17 de su reinado, pero no existen registros de lo que le ocurrió a Nefertiti. Según la teoría que manejan algunos historiadores, Nefertiti se suicidó por no soportar el dolor tras la pérdida de su marido. También es posible que Nefertiti gobernara durante un tiempo después de la muerte de Akenatón bajo el nombre de Smenkhkare. Sin embargo, es probable que muriera antes que él.
La Revolución Cultural
La era de Nefertiti y Akhenatón fue marcada por una revolución artística. El arte del período amarniense, como se le conoce, se caracteriza por un estilo más naturalista, donde las figuras humanas son representadas de manera más realista. Nefertiti se convirtió en un símbolo de esta nueva estética, ejemplificada en el famoso busto encontrado en Amarna, que sigue siendo uno de los hallazgos más emblemáticos del arte antiguo.
Legado y Desafíos
El legado de Nefertiti es complejo. Después de la muerte de Akhenatón, Egipto regresó a su antigua religión y los sucesores intentaron borrar su legado. Su imagen fue desfigurada y su nombre, eliminado de inscripciones. Sin embargo, su influencia perduró en la memoria colectiva de la civilización egipcia, y su figura ha resurgido en la cultura popular moderna.
A través de su valentía y su visión, Nefertiti no solo redefinió lo que significaba ser una reina en el antiguo Egipto, sino que también se convirtió en un símbolo de empoderamiento femenino que resuena hasta nuestros días.
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