Este es el pueblo más bonito de las Islas Baleares, según National Geographic, y está muy lejos del turismo masivo

Para muchos, las Islas Baleares son un paraíso mediterráneo que nunca deja de sorprender. Cada una de sus islas tiene su propio encanto y algo único que ofrecer: desde las playas cristalinas de Formentera hasta la animada vida nocturna de Ibiza, pasando por la naturaleza salvaje de Menorca. En cualquier época del año, este archipiélago deslumbra con su belleza natural, su gastronomía y su rica historia.

Entre sus múltiples rincones mágicos, hay un lugar que ha capturado la atención de National Geographic, coronándose como el pueblo más bonito de las Islas Baleares.

¿Cuál es el pueblo más bonito de las Islas Baleares, según National Geographic?

Valldemossa, situado en la Sierra de Tramuntana de Mallorca, es el nombre de este encantador pueblo que National Geographic ha reconocido como el más hermoso de las Baleares. Su ubicación privilegiada, rodeada de montañas y con vistas espectaculares al Mediterráneo, lo convierte en un destino imperdible para los amantes de la tranquilidad y la belleza natural.

Declarado Bien de Interés Cultural y conocido por su arquitectura tradicional, Valldemossa destaca por sus calles empedradas, casas de piedra adornadas con coloridas macetas, y su emblemático monasterio cartujo, donde el compositor Frédéric Chopin y la escritora George Sand pasaron un invierno inspirador.

Además de su patrimonio cultural, Valldemossa es famoso por su gastronomía. No se puede visitar este rincón sin probar la «coca de patata», un dulce típico que se disfruta mejor acompañado de un café con leche en una terraza.

¿Qué hacer en Valldemossa?

Valldemossa es el destino ideal para disfrutar en familia, con tu pareja o incluso solo, gracias a su encanto único y su atmósfera tranquila. Aquí tienes 7 planes imprescindibles para sacar el máximo provecho a tu visita.

1. Visitar la Real Cartuja

El monasterio es el símbolo del pueblo. Antiguo palacio real, se convirtió en abadía en el siglo XV y fue el hogar temporal de Frédéric Chopin y George Sand. Recorre sus estancias, como la celda número 4, y los jardines que ofrecen vistas espectaculares del entorno.

2. Pasear por las calles empedradas

Deja que las calles del casco antiguo te guíen. Las fachadas de piedra, decoradas con macetas y azulejos que narran la vida de Santa Catalina Thomas, hacen de cada esquina un lugar especial.

3. Bajar al puerto de Valldemossa

A pocos kilómetros del pueblo, una carretera serpenteante te lleva a este pequeño puerto pesquero. Disfruta de una comida frente al mar en el restaurante local y relájate con las vistas.

4. Visitar Son Marroig y Sa Foradada

Muy cerca de Valldemossa, estos dos lugares ofrecen paisajes de postal. El mirador de Sa Foradada, especialmente al atardecer, es una de las vistas más icónicas de Mallorca.

5. Conocer la iglesia de San Bartolomé

Este templo gótico, situado en el corazón del pueblo, guarda detalles arquitectónicos y religiosos que reflejan la historia de Valldemossa.

6. Explorar el mercado dominical

Si visitas el pueblo un domingo, pasea por su mercado. Aquí encontrarás productos locales como frutas, quesos, embutidos y artesanías.

7. Descubrir el Centro Cultural Costa Nord

Fundado por Michael Douglas, este espacio cuenta la historia de la región y su relación con figuras destacadas como el archiduque Luis Salvador.

Si alguna vez te has preguntado cómo sería vivir dentro de una postal, Valldemossa es la respuesta. Un lugar lleno de encanto que no querrás perderte bajo ninguna circunstancia.