«España no es China» o «no es más que una gripe cualquiera», son algunas de las perlas con las que nuestros políticos calificaban hace un año este virus. Muchos en un afán negacionista minimizaban el impacto del coronavirus.
«No va a tener, como mucho, más allá de algún caso diagnosticado», vaticinaba Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad y el hombre que se ha puesto al frente de la pandemia en España.
Pablo Echenique, portavoz de Unidas Podemos, criticaba en redes sociales a los periodistas que alertaban del peligro del virus. A su juicio, se trataba de alarmistas, e incluso «pseudoperiodistas».
Frente al pseudoperiodismo de los reporteros con mascarilla, frente al clickbait del «vamos a morir todos», frente a la extrema derecha pidiendo cierre de fronteras por una gripe menos agresiva que la de todos los años, el rigor y la profesionalidad de Lorenzo Milá. 👏👏👏 pic.twitter.com/hwjWBF9uIr
— Pablo Echenique (@PabloEchenique) February 25, 2020
El caso de Óscar Puente, alcalde socialista de Valladolid, es uno de los más escandalosos. Puente comparaban el coronavirus con una simple «gripe cualquiera». Un año más tarde, España llora más de 90.000 muertos por Covid.
Hace un año, el Ejecutivo restaba importancia al impacto del coronavirus sobre la economía española. Nada menos que la ministra de Economía, Nadia Calviño, auguraba «un impacto poco significativo» sobre el tejido productivo y laboral español. Un año más tarde, el paro en España supera los 4 millones, 900.000 personas están en ERTE y 85.000 negocios hosteleros se han visto obligados a echar el cierre.