Por qué me compraría un AirTag estas Navidades (o se lo pediría a los Reyes Magos)
El AirTag encaja en el día a día y cobra todo el sentido cuando pierdes algo importante o sales de viaje
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Hay regalos tecnológicos que no hacen ruido, no presumen de potencia ni de diseño rompedor, pero acaban convirtiéndose en imprescindibles. El AirTag de Apple encaja exactamente en este escenario. No es un producto nuevo, ni pretende serlo. Tampoco es especialmente barato para lo pequeño que es. Aun así, si tuviera que hacer una lista de compras tecnológicas realistas para estas Navidades, el AirTag estaría muy arriba. Y no por capricho.
El valor de saber siempre dónde están tus cosas
El mayor atractivo del AirTag es muy simple, reduce una preocupación cotidiana. Llaves, cartera, mochila, maleta, todos tenemos algún objeto que, tarde o temprano, se pierde o desaparece durante unas horas críticas. El AirTag no evita que lo pierdas, pero sí que conviertas ese despiste en un drama.
Gracias a la red Buscar de Apple, el localizador no depende solo de tu iPhone. Cualquier dispositivo Apple cercano puede ayudar a actualizar su ubicación de forma anónima y cifrada. En la práctica, esto significa que incluso si lo has olvidado en otro lugar, hay muchas más probabilidades de saber dónde está.
Funciona mejor cuanto más viajas
Si hay un contexto donde el AirTag demuestra su utilidad es al viajar. Meter uno en la maleta no evita retrasos ni errores de facturación, pero sí aporta información real cuando algo va mal. Saber que tu equipaje sigue en el aeropuerto de origen o que ya ha llegado a destino cambia por completo la experiencia.
No es casualidad que muchos usuarios hayan descubierto dónde estaba su maleta antes que la propia aerolínea. No soluciona el problema, pero te devuelve el control, y eso, cuando estás lejos de casa, vale mucho.
Integración total con el iPhone
Uno de los puntos fuertes del AirTag es que no requiere aprendizaje. Se configura en segundos y se gestiona desde la app Buscar, que ya viene instalada en el iPhone. No hay apps de terceros, registros extra ni configuraciones complejas. Además, cuando estás cerca del objeto perdido, la función de búsqueda precisa guía paso a paso con flechas, distancia y vibración. No es magia, es tecnología bien aplicada a un problema muy concreto.

No es solo para despistes
Aunque solemos asociarlo a objetos perdidos, el AirTag también es útil como herramienta preventiva. Dejar uno en la mochila del trabajo, en una cámara fotográfica o incluso en una bicicleta añade un extra de tranquilidad. No sustituye a un seguro ni a un sistema antirrobo, pero suma.
Incluso en casa tiene sentido. Localizar rápidamente unas llaves antes de salir, hacer sonar el AirTag desde el iPhone o pedirle a Siri que las encuentre acaba ahorrando tiempo y pequeños enfados diarios.
Un regalo pequeño, pero muy pensado
Como regalo de Navidad o de Reyes, el AirTag tiene algo que muchos dispositivos no consiguen, encaja con casi cualquiera que use iPhone. No depende de gustos, no requiere explicaciones largas y no se queda obsoleto en pocos meses.
Además, es fácil de personalizar con llaveros, fundas o accesorios, lo que lo convierte en un detalle interesante, pero con margen para adaptarlo a cada persona.
Puede que no sea el regalo más vistoso de estas navidades, pero es de esos que, semanas después, justifican la compra cada vez que evitan un susto. Y en tecnología, eso no es tan habitual.