Lo que debes tener en cuenta a la hora de elegir una funda para el móvil
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Aunque la tentación siempre estás ahí, llevar el móvil sin funda siempre es un ejercicio de riesgo. Por cierto, ¿sabes que hay teléfonos que no necesitan funda? Pero como no es lo más habitual, son muchas las situaciones en las que nos podemos ver envueltos y que den con nuestro teléfono en el suelo o darle un golpe con el pico de una mesa, por poner solo dos ejemplos. Las fundas protegen, unas más que otras, y elegir una puede ser un ejercicio complicado. Ten en cuenta todo esto a la hora de elegir tu funda de móvil, es un ejercicio de inversión más que de otra cosa.
Cómo acertar con tu funda de móvil
Vamos a ir por partes, lo primero que debes desechar es la idea de que vas a comprar una funda demasiado económica. Es decir, te has gastado más de 1000 euros en el nuevo tope de gama de Apple o Samsung y ves caro gastarte 50 más en una buena funda. No, no es una buena idea. No con ello quiero decir que no haya fundas baratas que no protejan lo suficiente, pero mira con mucho cuidado.
Creo que el factor de peso a la hora de elegir la funda de móvil es, además de la protección que ofrezca, el diseño. Será la cara visible de nuestro dispositivo y lo que le va a dar un nuevo aire. Nuestra funda debe enamorarnos desde el primer momento y debemos pensar en ella como la compañera que tengamos durante el tiempo de vida útil del teléfono. Piel, silicona o metacrilato, da igual, pero que sacar el teléfono con la funda puesta sea motivo por lo que estar contento.
Uno de los errores habituales ocurre con las fundas transparentes, ya que en la mayor parte de los casos terminan poniéndose amarillas, y no solo por suciedad, sino por el paso el tiempo. Si eliges una de estas, límpiala quizás con mayor frecuencia.
Las fundas de piel, a decir verdad, son las que más me gustan, aunque algunas marcas ya no las incorporen por medidas de protección animal. Bueno, es una medida respetable, pero la sensación de la piel es inigualable. Y por otro lado, hay pieles sintéticas y otras que vienen de granjas certificadas que siguen criterios de bienestar animal. Las fundas de piel incluso se ponen más bonitas a medida que pasa el tiempo. Cuidarlas pasa por aplicar de manera periódica algún producto que las hidrate.
Proteger por encima de todo
Pero todo esto debe estar siempre supeditado a la protección. Nuestra funda debe tener las esquinas reforzadas. La inercia que toma un móvil cuando cae en posición vertical contra el suelo es alta y un golpe en una esquina suele ser fatal para la pantalla. Por eso, la protección extra en los cantos es algo no negociable.
Además, la funda una vez puesta debe superar el borde de la pantalla, de tal forma que una canda con la pantalla hacia el suelo no suponga un problema. El impacto se lo llevará el borde de la funda, no la pantalla.
Por último, es cierto que hay fundas que llaman la atención y que tienen acabados curiosos como orejitas, plumas o una cadenita. No soy nadie para juzgar gustos, pero la funda debe ser una continuadora del diseño del móvil. Además, todo añadido accesorio que no tenga como misión proteger no va a servir de nada, al revés.
Por eso, piensa en la elección de tu funda como el artículo necesario que protegerá tu móvil mientras lo tengas. Mejor sacrificar un poco de diseño y ganarlo en protección y comodidad.
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