JUICIO POR FALSO TESTIMONIO

La confesión de ‘El Cuco’ y su madre deja a Carcaño sin dar otra versión de la muerte de Marta del Castillo

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Alfonso Egea
  • Alfonso Egea
  • Jefe de Investigación en OKDIARIO. Anteriormente fui responsable de la sección de Actualidad y Sucesos en Espejo Público, en Atresmedia. He publicado cuatro libros y actualmente colaboro en programas de televisión en Mediaset y en Telemadrid. Agradecido por tener el reconocimiento de la Policía Nacional de Madrid y la medalla al mérito de la Guardia Civil.

«Me he quedado sin pruebas al haberse reconocido los hechos». Así ha anunciado la juez la suspensión de la vista que estaba previsto que durante los próximos días centrara la atención de gran parte de la sociedad sevillana. El caso de la muerte y desaparición de Marta del Castillo ha vuelto a los tribunales este jueves y traía llamativas novedades.

Javier García alias El Cuco, condenado cuando era menor de edad por encubrir la muerte de Marta, se ha sentado en el banquillo de los acusados junto a su madre por haber mentido en el juicio en el que se condenó a Miguel Carcaño y que también iba a declarar ven esta vista oral. Eso ya no va a suceder tras la confesión de los acusados.

En las horas previas a la celebración de este juicio se había extendido el rumor entre la prensa especializada de que «algo inesperado» podía suceder en el juicio contra El Cuco y contra su madre, Rosalía, y así ha sido. La estrategia del abogado de la defensa, Agustín Martínez, no sólo ha surtido efecto, sino que puede suponer un respiro para los acusados, y a la vista de los últimos acontecimientos queda claro que el abogado tenía un objetivo, pero también una intención.

El objetivo era demostrar que, si bien Javier García, su cliente, mintió en el juicio por la muerte de Marta, ahora no puede ser condenado por ello. Con la ley en la mano, aquella mentira fue un delito contra la Administración de Justicia, no contra un particular, esto lo matizaremos enseguida, pero es que Martínez asegura que, pese a que su actual cliente mintió en calidad de testigo, obligado, a decir verdad, su papel real en esta causa era la de investigado, toda vez que incluso su primera condena como menor aún no era firme. Un investigado tiene derecho a mentir, o mejor, a no declarar contra sí mismo.

Esta lógica nos lleva a la madre de El Cuco, que como pariente en primer grado está igual de exonerada, pero Martínez dice que en su día nadie se lo advirtió al ser su hijo tratado como testigo, así que por ahí pretende demostrar la excusa de Rosalía.

Pero, ¿cuál era la intención de la defensa? Que no hubiera juicio, sin más, y evitar así volver a escuchar a Pablo B., el hombre que grabó a los padres de El Cuco y a él mismo y cuyas grabaciones dejan en un lugar terrible a una familia que se expresaba de forma irrespetuosa sobre Marta del Castillo y sus familiares. Además, habiendo confesado sus mentiras, eso sí, sin responder a más preguntas amparados en su derecho a no declarar, ambos han conseguido parar los pies al que iba a ser el testigo estrella de este juicio: Miguel Carcaño.

Carcaño iba a prestar declaración como testigo el próximo día 31. La experiencia y la Ley apuntaban a dos posibilidades. Primero, usando un vulgarismo, cada vez que Carcaño ha declarado sobre el caso ha subido el pan, ya que en cada una de sus versiones ha dado una explicación distinta del crimen de Marta del Castillo. Cuando se cansó de involucrar a su amigo Samuel Benítez, no sólo absuelto, sino que, por sentencia firme ilógicamente procesado, se decidió a acusar a su hermano del asesinato de Marta. Así que es una incógnita saber qué iba a contar ahora, porque para colmo, y esa es la segunda posibilidad, su calidad de testigo le obligaba a decir verdad, pero todos sabemos ya a estas alturas que supone la verdad para Carcaño.

Así las cosas, la juez le ha puesto la zancadilla a la nueva versión de Carcaño sobre el crimen de Marta del Castillo, si la había, pero acepta que Antonio del Castillo y Marta Casanueva declaren este viernes. Lo hace para calibrar un delito aparejado al de falso testimonio que en este caso es el del daño moral aparejado a esas mentiras.

Las falsedades vertidas por El Cuco y su madre en aquel juicio en apariencia no hubieran alterado la sentencia condenatoria para Carcaño. El Cuco mintió en las horas que dijo haber estado de botellón con unos amigos y en la hora a la que regresó a su casa, asegurando que se encontró con su padre en la calle. Todo eso amparado por su madre y todo falso, porque lo cierto es que estuvo en la casa de Miguel Carcaño y vio el cadáver de su amiga. Eso como poco.

¿Otra versión habría podido significar la condena, por ejemplo, del hermano de Carcaño? Sin más pruebas que su testimonio se antoja complicado. En cualquier caso, es indudable que las mentiras en el caso de Marta del Castillo suponen un daño moral para la familia y es justo que el cuco y su madre paguen por ello.

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