Toman una prueba de escritura a la madre de los niños de Godella para averiguar si mató a sus hijos
Se trata de confirmar si María G. es la autora de las cartas que envió desde prisión a su pareja publicadas por OKDIARIO. En ellas María escribe: “Perdóname por no haber sabido cuidar de nuestra familia sagrada y protegeros…Yo solita traje esta desgracia y la oscuridad a nuestras vidas. Perdóname por como fui, por el amor que nos mataron, yo estaba más implicada en entender el mal de éste mundo…Te amaré hasta el infinito…Tu rosa con espinas».
La prueba se ha realizado en el juzgado de Picassent, allí la madre acusada del infanticidio de sus dos hijos de cinco meses y tres años de edad, ha copiado largos párrafos dictados por los peritos en una decena de folios para luego comparar su cuerpo de escritura con los de las cartas que envió en prisión a su pareja Gabriel. La pericial es una petición del abogado de Gabriel con la que pretende confirmar que fue ella quien pidió perdón por los crímenes y cimentar los argumentos que apuntan a María como presunta autora del doble crimen desligando al padre de toda sospecha. Toda vez que María nunca ha declarado ante el juez ni está previsto que lo haga dado su estado.
Precisamente el padre, Gabriel, se ha sido sometido a la misma prueba por orden del juez para comparar su escritura con los cuadernos con anotaciones de Gabriel que se localizaron en los registros. El fiscal sostiene en su acusación que el padre es el inductor del doble crimen, basándose en que en esos cuadernos Gabriel muestra las mismas inclinaciones por la astrología y extrañas teorías que la madre y fue él quien la convenció de todo.
Arturo Peris, abogado de Gabriel insiste en que esos cuadernos no demuestran que el padre sugiriera a la madre que los matara y se muestra muy crítico con las argumentaciones del fiscal.
Para el fiscal los indicios que obran contra Gabriel, además de compartir presuntamente algunas de las creencias de la madre, son que no se despertara de madrugada mientras la madre presuntamente asesinó a los niños, que no llamó de inmediato a la Guardia Civil cuando notó su ausencia y que preguntado por los guardias dio varios lugares posibles donde ésta pudo enterrar a los niños y en una de las opciones acertó.
La defensa de Gabriel recuerda que la madre pudo sacar a los niños de la casa en silencio sin que el padre se despertara ya que los niños fueron asesinados en el huerto. Respecto a no avisar a la Guardia Civil, el padre mantiene lo contrario, y se ha demostrado que su teléfono no tenía batería en el momento de los hechos. Además, el vecino que por la mañana sorprendió a Gabriel persiguiendo a María ha declarado que el padre le pidió el teléfono para avisar a la Guardia Civil de que los niños no estaban e intentaba que la madre le confesara su paradero. “Si a esto añadimos que sólo la ropa de la madre estaba manchada de sangre de los niños y de barro, y fue ella la que señaló a los guardias donde estaban enterrados los niños, nos parece que seguir acusando al padre de todo esto no tiene sentido” cocluye Peris.
La preocupación por el destino de Gabriel se acrecienta entre sus familiares ya que los forenses han concluido que la madre es inimputable por los crímenes tras escucharla en varias entrevistas. Teme la familia de Gabriel que ante la imposibilidad de condenar a la madre se intente derivar la responsabilidad al padre a pesar del terrible relato de la madre que exculpa a su pareja. Cuenta María que despertó a Gabriel y le dijo que los niños estaban muertos, que pensaba que una secta los había matado y que ella los había enterrado. También cuenta que Gabriel creía como ella en extrañas creencias y que le convencía de que el Gobierno les expiaba o de que habían abusado de ella, volviéndole “loca” todo lo que le decía. Según los dos psiquiatras forenses María padece esquizofrenia paranoide de varios meses de evolución.
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