Pisar de forma adecuada puede resultar clave para evitar o prevenir lesiones durante la carrera

A menudo no les prestamos la atención suficiente pero nuestros pies sufren la carga diaria de todo nuestro cuerpo, así que deberían estar siempre en las mejores condiciones. Pisar de forma adecuada puede salvarnos de sufrir alteraciones posturales, y en caso de ser corredores, puede resultar esencial para reducir el impacto que reciben nuestros pies, evitar o prevenir posibles lesiones, y enfrentarnos con total seguridad a carreras de media y larga distancia como la Media Maratón de Sevilla que se disputa este próximo domingo 28 de enero y de la que Quirónsalud es Healthcare Partner. Una carrera en la que están inscritos más de 14.000 corredores que seguramente se hayan realizado con anterioridad un estudio biomecánico de la pisada, tal y como recomiendan los especialistas, para tener la garantía de que sus pies tienen una buena distribución de carga, evitando gestos biomecánicos inoportunos, que nos evita las temidas lesiones y nos ayuda a obtener un mayor rendimiento deportivo.

Un análisis exhaustivo del pie y la pisada que puede arrojar información primordial para conocer su relación con otras estructuras como rodilla, cadera, columna… y que nos dirá como adaptar nuestro pie a la zapatilla, qué tipo nos conviene, e incluso si necesitamos una plantilla específica para correr.

¿Qué es un estudio de la pisada?

El estudio biomecánico de la pisada es un análisis completo del pie que, mediante varias pruebas, permiten conocer tanto el estado físico del paciente, como posibles anomalías en el propio proceso de la marcha y la carrera.

Desde Quirónsalud, Claudio Domínguez Pérez, de la Unidad de Podología y estudio biomecánico de la pisada del Hospital Quirónsalud Sagrado Corazón de Sevilla, explica que este examen tiene como finalidad «definir si existe un patrón de normalidad, o, por el contrario, alguna patología en la pisada del paciente respecto a su forma de caminar, correr o realizar el gesto biomecánico de las distintas disciplinas deportivas, que pueda producir dolores o lesiones». «Lo que buscamos es prevenir lesiones relacionadas con un mal apoyo podal, de tipo muscular y osteoarticular como esguinces de tobillo, sobrecargas musculares, metatarsalgias o tendinitis».

¿Cómo se realiza el estudio de la pisada?

Este chequeo de la pisada comienza con una exploración clínica, un test que mediante una serie de preguntas permiten conocer al paciente, saber qué le duele y, en caso de ser deportista, qué actividad física realiza, o qué calzado utiliza cuando practica ejercicio.

Después se procede a realizar un chequeo anatómico del pie, es decir, una exploración para comprobar posibles asimetrías de los miembros. En esta prueba se miden además los rangos articulares y musculares, que permiten conocer el grado de elasticidad y el tono muscular, entre otros.

El siguiente paso es llevar a cabo un estudio del pie en estático y en movimiento, así como pruebas estáticas y dinámicas, que permiten analizar la musculatura y la elasticidad del paciente cuando está de pie.

Por último, se coloca al paciente en unas plataformas de presiones computerizadas, que mediante un sistema de pesos permite conocer una serie de datos acerca de la huella plantar. Esta prueba se realiza tanto de manera estática como caminando. De esta manera se conoce la postura del cuerpo, y si existe una adecuada distribución de las presiones plantares.

Alteraciones más comunes de la pisada

«Las alteraciones biomecánicas más habituales, que aparecen tras realizar un estudio de pisada suelen ser la pronación y la supinación», asegura Domínguez Pérez, aunque existen otros trastornos como pueden ser alteraciones en la movilidad de algunos miembros, desviaciones y asimetrías. Estas son las más comunes:

• Pronación: El pie se gira hacia dentro para distribuir el impacto al pisar.
• Supinación: El pie se rota hacia afuera al entrar en contacto con el suelo.
• Alteraciones en la movilidad del tobillo: Tanto por rigidez de la articulación, como por exceso de elasticidad, el tobillo no cuenta con la estabilidad suficiente.
• Acortamiento de la musculatura posterior: Acortamiento de las fibras musculares que provoca pérdida de elasticidad, alteración en la pisada e incluso dolor.
• Desviaciones pélvicas: Alteración en la alineación de los huesos de la pelvis que puede provocar dolores en la columna vertebral, molestias al caminar y alteración en la marcha.
• Asimetrías y disimetrías de miembros inferiores y columna, diferencias de cargas de un miembro respecto a otro.

Posibles tratamientos

Una vez realizado el estudio, y analizados los datos, el profesional podrá recomendar algún tratamiento, o método para mejorar la pisada, y reducir el riesgo de lesión. Desde corregir la técnica de carrera, a la utilización de plantillas personalizadas que corrijan la pisada y reduzcan el impacto durante la práctica del deporte, hasta asesorar al paciente en la selección de calzado deportivo para la actividad concreta que se lleve a cabo y recomendar algunos ejercicios de estiramiento o fortalecimiento de musculatura afectada.