4 pautas a seguir para no entrenar lesionado
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Las lesiones son el gran lastre que tienen que soportar los deportistas. Aunque seamos unos simples aficionados, siempre nos causará un incordio cualquier molestia, sobre todo si nos impide llevar una vida normal o acudir al gimnasio. La gente con una cierta experiencia en el mundo del ejercicio ya ha experimentado casi todo tipo de lesiones y lo que tienen claro es que nunca se debe entrenar con dolores ni lesionados. Pensamos que parar hará que frenemos nuestra progresión, pero no es del todo correcto. Sigue con atención las 4 pautas a seguir para no entrenar lesionado.
Ojo con los pequeños dolores
Siempre aparece en el momento menos inoportuno un pequeño dolor al que no le daremos ninguna importancia. Parece que el cuerpo se acostumbra a esas situaciones y lo pasaremos por alto. Lo que empieza como una ligera molestia en el gemelo, el hombro, espalda o cuádriceps puede llegar a convertirse en una lesión algo más seria. Nos echaremos las manos a la cabeza, sobre todo si nos tomamos esto del deporte con un poco de seriedad. Ese pequeño dolor no hará ni que paremos ni que tampoco visitemos a un especialista para que valore el alcance de la lesión. Seguiremos entrenando hasta que ya casi no nos podamos mover. Lo que pensamos que podía ser un pequeño pinzamiento o sobrecarga que se iba a marchar en cuestión de días puede convertirse en algo más preocupante que nos puede dejar en el dique seco unos cuantos meses.
Motivos para no parar
Siempre pensamos que si paramos de entrenar ante cualquier dolor frenaremos nuestra progresión y que todos los meses de ejercicio ya no habrán servido para nada. La resistencia, habilidad, músculo y fuerza que habíamos conseguidos se perderán. Si pensamos de esta manera forzaremos aún más los músculos tocados y al final en vez de descansar sólo una semana el parón será mucho mayor.
Qué hacer ante un dolor
En el caso de que aparezca una molestia que nos impida ejercitarnos con normalidad durante un par de días seguidos lo mejor es que acudamos a un especialista para que se ocupe de valorar si podemos seguir entrenando o es mejor descansar. Lo más común es que busquemos en foros y blogs de Internet soluciones milagrosas, pero al final agravaremos la lesión y gastaremos más dinero en vendajes y aparatos que no nos aportarán nada. Hay suplementos denominados milagrosos como cartílago de tiburón o glucosamina, pero sirven como medida de prevención y no para curar.
Para mantener la forma
Una vez que nos encontremos lesionados y tengamos que realizar el adecuado reposo, hay una serie de pautas que nos ayudarán a mantener la forma. En el caso de que seas propenso a engordar, lo mejor es que reduzcas las calorías. Apuesta siempre por ejercicios alternativos que no afecten a la zona dañada y ten paciencia. No intentes acortar los plazos de recuperación porque lo más probable es que haya una recaída. Lo mejor es regresar a los entrenamientos cuando te hayas recuperado al 100%.