Ojo vago, estrabismo y miopía: cómo detectar a tiempo los problemas visuales en la infancia
Detectar a tiempo los problemas de visión evita déficits permanentes y mejora el rendimiento escolar.
Fact checked
Este artículo de OkSalud ha sido verificado para garantizar la mayor precisión y veracidad posible: se incluyen, en su mayoría, estudios médicos, enlaces a medios acreditados en la temática y se menciona a instituciones académicas de investigación. Todo el contenido de OkSalud está revisado pero, si consideras que es dudoso, inexacto u obsoleto, puedes contactarnos para poder realizar las posibles modificaciones pertinentes.
El desarrollo visual en la infancia es un proceso clave que marcará la calidad de vida del niño en la edad adulta. Patologías como el ojo vago, el estrabismo o la miopía afectan a miles de menores, muchas veces sin que padres ni docentes se den cuenta hasta que aparecen dificultades de aprendizaje o problemas de comportamiento en clase.
El doctor Antonio Moreno Valladares, especialista de la Unidad de Oftalmología Avanzada del Hospital Quirónsalud Albacete, recuerda que la visión no termina de madurar hasta los siete años, por lo que cualquier alteración durante este periodo puede condicionar el futuro del niño. “La visión de los niños está en desarrollo hasta los siete años, por lo que cualquier aspecto que afecte negativamente a su salud ocular a lo largo de ese periodo puede derivar en un déficit visual a largo plazo, además de estar estrechamente vinculada a su éxito o fracaso escolar”, explica.
Dificultad de diagnóstico en edades tempranas
A diferencia de los adultos, los niños pequeños no saben identificar si ven borroso o si un ojo funciona peor que el otro. “No conocen la diferencia entre una visión borrosa y una visión normal”, advierte el doctor Moreno. Por eso, muchas veces la primera voz de alarma llega desde las aulas, cuando los profesores observan que el alumno se acerca demasiado a las pantallas, no ve bien la pizarra o confunde datos al escribir.
Otros síntomas que pueden indicar un problema visual son dolores de cabeza recurrentes, ojos rojos, lagrimeo constante o antecedentes familiares de defectos visuales. “En todos estos casos es importante acudir a una revisión con un especialista para poder realizar una exploración completa”, aconseja el oftalmólogo.
El ojo vago y el estrabismo: dos grandes retos
El ojo vago no es una enfermedad en sí misma, sino una condición que aparece cuando uno de los ojos no se desarrolla correctamente. Puede deberse a diferencias de tamaño entre ambos ojos, falta de alineación o necesidad de gafas no corregida a tiempo. “No es posible saber si un niño tiene ojo vago sin realizar una revisión adecuada”, insiste el especialista.
El estrabismo es otra patología frecuente que, al inicio, tampoco suele presentar síntomas evidentes. Cuando un ojo ve mejor que el otro, el cerebro “desconecta” al ojo más débil, lo que acaba provocando que pierda paralelismo y empiece a desviarse. “Cuanto antes se detecte y se inicie el tratamiento, mejor será su evolución”, recalca el doctor Moreno.
Defectos refractivos y otros problemas comunes
Los defectos de refracción, como la miopía, la hipermetropía o el astigmatismo, también son habituales en la infancia. El riesgo se multiplica cuando hay antecedentes: “Tener padres miopes aumenta hasta en tres veces la posibilidad de presentar miopía”, señala Moreno. Además, el estilo de vida actual —con muchas horas en interiores y frente a pantallas— está disparando su incidencia en niños cada vez más pequeños.
El especialista recuerda que también es importante vigilar las conjuntivitis crónicas, sobre todo las de origen alérgico, que se manifiestan con enrojecimiento, parpadeo continuo y frotamiento de los ojos. Aunque puedan parecer banales, requieren un tratamiento adecuado para evitar complicaciones a largo plazo.
Revisión precoz: la mejor inversión en salud
La buena noticia es que, a partir de los 3 o 4 años, los niños ya pueden colaborar en las exploraciones oftalmológicas y expresar lo que ven o lo que no ven. Ese es el momento clave para identificar problemas de forma temprana y aplicar las medidas necesarias.
La detección precoz es esencial para que los tratamientos tengan éxito. Una simple revisión rutinaria puede marcar la diferencia entre una visión normal y un déficit visual permanente.
Temas:
- Ojos
- Quirón Salud
- Salud