Día Internacional de las Manchas Cutáneas

Éstas son las claves para abordar las manchas cutáneas de forma eficaz

La fotoprotección y tratamientos como láser o peeling son los aliados esenciales para evitarlas

La exposición solar y el envejecimiento son los principales factores que favorecen su aparición

manchas en la piel
Las manchas en la piel son un motivo de consulta frecuente.

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Con el paso de los años, muchas personas notan la aparición de manchas en la piel. Estas pueden clasificarse en dos grandes grupos: las vasculares, que están relacionadas con problemas en la circulación, y las pigmentadas, causadas por acumulación de melanina. Entre estas últimas se encuentran los nevus, pecas, léntigos, melasma o cicatrices hiperpigmentadas.

Según los especialistas del Grupo Español de Dermatología Estética y Terapéutica (GEDET), los principales factores que favorecen su aparición son la exposición solar y el envejecimiento. Sin embargo, existen otras pigmentaciones menos conocidas, como la pigmentación postinflamatoria (tras quemaduras o contacto con sustancias fotosensibilizantes como la savia de la higuera) y la discromatosis braquial adquirida, que aparece especialmente en mujeres mayores de 40 años en los antebrazos.

Lo básico para evitarlas es la prevención: todo empieza con una buena fotoprotección. La protección solar adecuada es esencial para evitar la aparición de manchas, tanto nuevas como recidivas de las antiguas. Los dermatólogos insisten en que hay evitar la exposición solar entre las 12 y las 16 h; aplicar protección solar de alto espectro cada dos horas (incluso en días nublados) y usar sombreros, gafas de sol y ropa protectora. Además, desde GEDET insisten en que hay que ser especialmente cuidadoso si se toman medicamentos fotosensibilizantes, en caso de embarazo o tras tratamientos dermatológicos.

Asimismo, los especialistas de este Grupo explican que el uso de ingredientes antioxidantes y despigmentantes como la vitamina C, la vitamina E o la niacinamida puede ayudar a prevenir la aparición de manchas, «siempre bajo prescripción médica».

¿Qué hacer si tienes una mancha en la piel?

Las manchas en la piel son un motivo de consulta frecuente y requieren un enfoque riguroso y personalizado. Con un diagnóstico correcto y un tratamiento adecuado, es posible mejorar visiblemente su apariencia y prevenir su reaparición. La consulta dermatológica periódica y la fotoprotección constante son las herramientas clave para una piel sana y uniforme.

Si notas una mancha que te preocupa o que ha cambiado de aspecto, lo más recomendable es acudir al dermatólogo. El especialista podrá diagnosticar su origen y recomendar el tratamiento más adecuado: desde cremas despigmentantes hasta láser o, en algunos casos, cirugía.

¿Cómo tratarlas?

Desde GEDET explican que el diagnóstico es calve antes de iniciar cualquier tratamiento. Es fundamental que un dermatólogo valore el tipo de mancha y descarte patologías más graves, como el melanoma. El diagnóstico se apoya en herramientas como la dermatoscopia digital, que permite observar con detalle cualquier anomalía microscópica y hacer un seguimiento evolutivo.

También se recomienda la autoexploración periódica siguiendo la regla del ABCDE:

      • A: Asimetría
      • B: Bordes irregulares
      • C: Color variado
      • D: Diámetro mayor de 6 mm
      • E: Evolución o cambio reciente

En cuanto a los tratamientos, desde la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) explican que hay varias técnicas eficaces. El tratamiento con láser es una de las opciones más utilizadas para eliminar manchas pigmentarias en la piel. Su mecanismo de acción consiste en fragmentar los pigmentos oscuros, que luego son eliminados de forma natural por el sistema linfático. Este método puede resultar muy eficaz en casos de léntigos solares y seniles, pudiendo ser suficiente una sola sesión. En pigmentaciones más complejas, como el melasma, se suele recurrir a la combinación de diferentes tipos de láser para mejorar los resultados. Tras el tratamiento pueden aparecer costras superficiales y enrojecimiento que duran varias semanas, por lo que se recomienda evitar la exposición solar durante el proceso de recuperación.

La luz pulsada intensa (IPL) representa otra alternativa terapéutica. A diferencia del láser, que emite una única longitud de onda, la IPL trabaja con múltiples longitudes, lo que la hace menos precisa pero más versátil. Esta tecnología permite tratar simultáneamente manchas, venitas dilatadas y mejorar la textura general de la piel. Tras la sesión, es habitual que las manchas se oscurezcan temporalmente y que aparezcan pequeñas costras que desaparecen en pocos días. Por lo general, se requieren entre una y tres sesiones para obtener una mejora significativa.

El peeling químico, por su parte, actúa mediante la aplicación de sustancias que estimulan la renovación celular, ayudando a reemplazar las células cargadas de melanina por otras nuevas. Es especialmente útil en el tratamiento del melasma y los léntigos solares. Dependiendo del tipo de mancha, se utilizan distintos ácidos como el salicílico, retinoico o tranexámico, a menudo combinados con activos despigmentantes como la vitamina C, el ácido kójico o la hidroquinona. Este tratamiento también mejora la textura y luminosidad de la piel, aunque puede provocar pelado y enrojecimiento durante varios días. Se recomienda realizarlo en épocas de menor exposición solar.

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