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Cómo prevenir la alergia alimentaria en niños: éstas son las recomendaciones de los pediatras

Expertos en alergología infantil aconsejan no retrasar la alimentación complementaria e introducir alimentos potencialmente alergénicos desde los 4–6 meses

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La alimentación complementaria no debe retrasarse en bebés.

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La Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP) subraya que introducir precozmente alimentos potencialmente alergénicos y mantener un consumo regular dentro de una dieta variada es una de las estrategias con mayor respaldo para reducir el riesgo de alergia alimentaria. En la práctica, esto implica no retrasar la alimentación complementaria y ofrecer de forma regular y en preparaciones adaptadas a la edad del niño, alimentos como cacahuete, frutos secos y huevo (siempre bien cocinado, evitando formas crudas o poco cuajadas) a partir de los 4–6 meses de vida.

Las alergias alimentarias mediadas por inmunoglobulina E (IgE) constituyen un problema de salud pública y, en los últimos años, las estrategias de prevención abogan por una introducción temprana coincidiendo con la ventana de oportunidad para inducir la tolerancia oral. «Aunque el beneficio se demostró inicialmente en lactantes de alto riesgo —por ejemplo, con eccema grave y/o alergia al huevo—, las directrices más recientes sugieren estas pautas para todos los lactantes», asegura el doctor Javier Torres Borrego, presidente de la SEICAP.

En esta línea un estudio publicado en Pediatrics (2025) observó descensos en la incidencia de alergia alimentaria mediada por IgE (incluida la de cacahuete) tras la publicación de recomendaciones de introducción temprana, lo que respalda el potencial impacto de aplicar estas pautas de forma generalizada.

Qué hacer después de introducir el alimento

«La prevención no depende solo del cuándo, sino también de cómo se actúa después. Tras introducir un alimento y confirmar la tolerancia, es fundamental mantener una ingesta regular y continuada del mismo, idealmente varias veces por semana, para consolidar la tolerancia y evitar que se pierda por exposiciones aisladas. Por eso, si un alimento no va a consumirse habitualmente en el hogar, es preferible no incorporarlo que ofrecerlo de forma errática», detalla el doctor Torres.

«Los expertos insistimos en que la exposición a alimentos debe hacerse de manera temprana, gradual y mantenida en la etapa adecuada, evitando que el primer contacto llegue tarde y en un contexto de celebraciones, con múltiples ingredientes y mayor riesgo de confusión», puntualiza la doctora Cristina Rivas Juesas, vicepresidenta de la SEICAP.

Prevención de la alergia a la proteína de leche de vaca

En el caso de la alergia a la proteína de leche de vaca (APLV), la guía de la European Academy of Allergy & Clinical Immunology (EAACI) no recomienda, con fines preventivos, el uso de fórmulas parcialmente hidrolizadas (FPH) ni extensamente hidrolizadas (FEH). Por otro lado, una revisión publicada en The Lancet Child & Adolescent Health apunta a que existe evidencia emergente de que la exposición irregular a la leche de vaca —es decir, la suplementación ocasional con fórmula— podría aumentar el riesgo de APLV.

En este contexto, si se opta por una lactancia artificial o mixta, se aconseja introducir una fórmula estándar de leche de vaca y mantener una ingesta diaria regular para evitar la pérdida de tolerancia; y las fórmulas «confort», anticólico o antiestreñimiento —con proteínas modificadas— deberían reservarse para cuando estén indicadas y no emplearse como primera opción en ausencia de síntomas que las justifiquen.

«Debemos recomendar la lactancia materna por sus múltiples beneficios. Cuando se requiera una suplementación temprana en bebés amamantados, recomendamos valorar alternativas para evitar el uso intermitente de fórmulas estándar de leche de vaca, y mantener en la madre una dieta variada sin restricciones innecesarias; si se opta por una lactancia artificial o mixta, se debe mantener un consumo regular evitando la suplementación ocasional», explica la doctora Natalia Molini Menchón, vocal de la SEICAP.

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