Un brote de hepatitis A en Portugal pone en vilo a España: estos son los síntomas
A diferencia de las hepatitis B y C, la hepatitis A no causa hepatopatía crónica
A principios de 2024 se detectó un aumento de casos y las investigaciones preliminares sugirieron transmisión sexual
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La Dirección General de Salud de Portugal alertó el pasado mes de abril de un brote de hepatitis A en el país. Los casos descritos en ese momento era de 23 personas, por lo que se trató de imponer medidas y advertencias sanitarias para tratar de contener su transmisión. Pasados casi tres meses después, el avance de la enfermedad ha continuado su expansión, llegando a confirmarse 71 casos, lo que ha alertado a España.
Hasta el momento, Portugal está clasificado como un país con muy baja endemicidad de hepatitis A. Desde 2007, se han notificado entre 10 y 82 casos anualmente, con la excepción de un brote global en varios países entre 2016 y 2018 que afectó en gran medida a hombres que tienen sexo con hombres. A principios de 2024 se detectó un aumento de casos de hepatitis A y las investigaciones preliminares sugirieron transmisión sexual. Se creó un grupo de trabajo para investigar el brote. Los hallazgos de la investigación y la respuesta de salud pública, fue la de crear conciencia social y brindar orientación para manejar brotes similares, especialmente considerando las temporadas de veranos con sus reuniones y eventos sociales.
Detección de brotes y definición de casos
Los datos han mostrado que la mayoría de los contagios se han notificado en hombres -mayoritariamente- de entre 18 y 44 años. Así, a través del sistema de vigilancia nacional, se notificó un número inusualmente alto de casos de hepatitis A con el inicio de síntomas a mediados de enero de 2024, entre cinco y seis casos por semana en comparación con un promedio de 0,5 casos por semana durante los cuatro años anteriores como se afirma en Eurosurveillance. Al mismo tiempo, los informes clínicos y las primeras investigaciones sugirieron que muchos casos eran HSH, al tiempo que plantearon preocupación por la transmisión sexual.
De esta forma, la vigilancia molecular identificó varios casos con la misma cepa de VHA subgenotipo IA (VRD 521-2016), lo que indica un brote relacionado dentro de esta comunidad. Como el elevado número de casos persistió durante la semana siguiente, el 28 de febrero de 2024 se emitió una alerta en la plataforma EpiPulse del Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC), seguida de una advertencia de salud pública de la Dirección General de Salud (DGS), el 12 de marzo de 2024.
La detección muy temprana de este brote permitió a las autoridades de salud pública implementar medidas de control oportunas y emitir una alerta internacional. La estrategia principal han sido campañas de comunicación dirigidas a poblaciones en riesgo y al público en general.
En conjunto, estos esfuerzos tenían como objetivo aumentar la conciencia sobre la infección, los síntomas, la transmisión, las prácticas de higiene y las recomendaciones de vacunación. En Portugal, se recomienda a los grupos en riesgo, incluidos los HSH, que reciban dos dosis de la vacuna contra la hepatitis A, que requiere receta médica e incluye un gasto de aproximadamente 20 euros por dosis. En el contexto de un brote, se recomienda la vacunación postexposición hasta 2 semanas después de la exposición para los contactos que no han sido vacunados o no han sido vacunados completamente. Esto fue recomendado como parte del rastreo de contactos realizado por profesionales de la salud pública a nivel local.
Hepatitis A
La hepatitis A es una inflamación del hígado debida al virus de la hepatitis A (VHA), que se propaga principalmente cuando una persona no infectada (y no vacunada) ingiere agua o alimentos contaminados por heces de una persona infectada. La enfermedad está muy asociada al consumo de agua y alimentos insalubres, el saneamiento deficiente, la mala higiene personal y el sexo bucoanal.
A diferencia de las hepatitis B y C, la hepatitis A no causa hepatopatía crónica, pero puede ocasionar síntomas debilitantes y, en raras ocasiones, hepatitis fulminante (insuficiencia hepática aguda), que a menudo es mortal.
Transmisión
El virus de la hepatitis A se transmite principalmente por vía fecal-oral, es decir, cuando una persona no infectada ingiere agua o alimentos contaminados por heces de una persona infectada. En las familias, esto puede ocurrir si las manos de la persona encargada de cocinar están sucias. La transmisión hídrica, que no es frecuente, suele estar relacionada con la contaminación por aguas residuales o el abastecimiento de agua insuficientemente tratada.
El virus también puede transmitirse por contacto físico estrecho con una persona infectada —por ejemplo, mediante el sexo bucoanal—, pero no se propaga por contacto fortuito.
Síntomas
El periodo de incubación de la hepatitis A suele ser de entre 14 y 28 días. Los síntomas van de moderados a graves y pueden incluir fiebre, malestar, pérdida de apetito, diarrea, náuseas, molestias abdominales, coloración oscura de la orina e ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos). Los infectados no siempre presentan todos esos síntomas.
Los adultos presentan signos y síntomas con mayor frecuencia que los niños. De hecho, la gravedad y la mortalidad de la enfermedad aumentan con la edad. Los menores de seis años infectados no suelen experimentar síntomas apreciables, y solo el 10% presentan ictericia. En ocasiones, la hepatitis A puede recidivar, es decir, que la persona que se acaba de recuperar puede caer enferma de nuevo con otro episodio agudo, aunque, por lo general, se acaba recuperando.
¿Quiénes corren riesgo?
Cualquier persona que no se haya vacunado o infectado previamente puede infectarse con el virus de la hepatitis A. En las zonas donde el virus está extendido (zonas de alta endemicidad), la mayoría de las infecciones se producen durante la primera infancia. Entre los factores de riesgo cabe citar los siguientes:
- saneamiento deficiente
- Falta de agua apta para el consumo
- Convivencia con una persona infectada
- Relaciones sexuales con una persona con infección aguda por VHA
- Consumo de drogas recreativas
Diagnóstico
- Los casos de hepatitis A son clínicamente indistinguibles de otros tipos de hepatitis víricas agudas.
- El diagnóstico concreto se establece mediante la detección en la sangre de anticuerpos IgM dirigidos específicamente contra el VHA.
- Otra prueba utilizada es la reacción en cadena de la polimerasa con retrotranscripción (RT-PCR) para detectar el ARN del virus de la hepatitis A, aunque normalmente se realiza solo en laboratorios especializados.
Tratamiento
No hay ningún tratamiento específico para la hepatitis A. Los síntomas tras la infección pueden remitir lentamente, y esta recuperación puede prolongarse a lo largo de varias semanas o meses. Es importante evitar medicamentos innecesarios que pueden afectar negativamente la función hepática, como el acetaminofeno o paracetamol.
En ausencia de insuficiencia hepática aguda, la hospitalización es innecesaria. El tratamiento tiene como objetivo mantener el bienestar y el equilibrio nutricional del paciente, incluida la rehidratación tras vómitos y diarreas.