Día Mundial del Prematuro

La alimentación es crucial para la supervivencia del bebé prematuro

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La alimentación es crucial para la supervivencia del bebé prematuro.

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El 18 de noviembre se celebra el Día Mundial del Prematuro para poner de manifiesto el riesgo de mortalidad y los problemas médicos que puede suponer la prematuridad y también como una forma de ayudar a los niños y a sus familias a superar con éxito esta circunstancia. Se considera prematuro un bebé nacido vivo antes de que se hayan completado 37 semanas de embarazo. La Organización Mundial de la Salud (OMS), estima que en 2020 nacieron 13,4 millones de niños prematuros, lo que sitúa los datos, a nivel internacional, en una tasa que oscila entre el 4% y el 16% de los niños nacidos en 2020, que son las últimas estadísticas disponibles. 

Según su edad gestacional los bebés pueden ser: prematuros extremos (menos de 28 semanas), muy prematuros (de 28 a 32 semanas) y prematuros moderados (de 32 a 37 semanas), tal y como explican en la Asociación Española de Pediatría (AEP). Los bebés prematuros nacen antes de estar preparados, por lo que sus órganos inmaduros se van a desarrollar en unas condiciones que no son las ideales. 

Los nacimientos prematuros obedecen a distintas razones aunque la mayoría se produce de manera espontáneamente. Algunos se deben a razones médicas, como infecciones u otras complicaciones del embarazo que requieren la inducción temprana del parto o un parto por cesárea. Si una mujer experimenta trabajo de parto prematuro o corre el riesgo de dar a luz prematuramente, existen tratamientos para ayudar a proteger al recién nacido prematuro de futuros trastornos neurológicos, así como de dificultades respiratorias e infecciones. 

Alimentación 

La alimentación es crucial para la supervivencia del bebé prematuro. Nuria Guillén, nutricionista en el Hospital Universitari Sant Joan de Reus, explica en declaraciones a OKSALUD: «El sistema digestivo de un niño prematuro es mucho menos maduro que el de un bebé nacido a término y la maduración de la succión y de sus coordinaciones no se completa bien hasta que el niño no entra en la semana 32 o 34. Si es un prematuro anterior a estas semanas, es necesario utilizar nutrición enteral y/o parenteral. Además, en general, casi todos los prematuros tienen menor capacidad gástrica y puede aparecer mayor flujo gastroesfoágico. Además, su sistema no es del todo eficaz y ello puede provocar una malabsorción, sobre todo de las grasas y las vitaminas liposolubles».

Además, tal y como cuenta la nutricionista, las necesidades nutricionales de un bebé prematuro son diferentes al de un bebé a término y dependerán de la edad gestacional en la que haya nacido y el peso del bebé. Así, podrán necesitar nutrición parenteral, directamente por vena, enteral, por vía digestiva, o ambas. Dependiendo de la semana de gestación (34-35), podrían empezar a alimentarse por vía oral, ya sea a través de lactancia materna o biberón. En función del tipo de alimentación que siga, ya sea parenteral o enteral, sus necesidades variarán. Si es parenteral, al ser vía venosa, se ‘aprovecha todo’. En cambio, si es enteral, va por el sistema digestivo, hay parte que no se aprovecha.

Montse es madre de Unai, un niño que nació prematuro y cuenta a OKSALUD que el proceso de alimentación fue ‘muy duro’ ya que su hijo estuvo prácticamente los cuatro primeros meses de vida con sonda nasogástrica y le costó mucho tomar el biberón, pero a base de insistir finalmente ha logrado adaptarse y tener una buena succión. De hecho, detalla que de momento, no se plantea darle alimentos más sólidos a Unai ya que «le cuesta un poco más adaptarse y aún no está preparado». 

Energía para crecer 

Los niños prematuros por lo general necesitan más energía que los nacidos a término. Nuria Guillén especifica: «Se recomiendan aportes hídricos muy específicos, que se indican en función de los días de gestación y/o del peso del bebé. En cuanto a las calorías, se suele empezar entre 70-80 calorías/kg/día y se va aumentando progresivamente hasta llegar a los 120-140 calorías/kg/día. El aporte de proteínas en el caso de los niños prematuros pueden llegar hasta 3,5-4g/kg/día. En estos casos, a veces también es necesario suplementar con algunos aminoácidos. Respecto a los hidratos de carbono, puede variar. No se les suele dar tanta lactosa y se sustituye parte de esta lactosa por dextrinomaltosa, que es un tipo de hidrato de carbono que se absorbe mucho mejor, teniendo en cuenta que el sistema digestivo de los prematuros es menos maduro».

Hay que tener claro que todo depende de la semana gestacional en la que haya nacido el niño. Por ejemplo, los niños que hayan nacido antes de 28 semanas o que pesen menos de 1.000g necesitarán una nutrición parenteral y posteriormente nutrición enteral, también conocida como nutrición enteral trófica. Es enteral porque va por sonda nasogástrica directa al estómago, y trófica porque lo que hace es mantener el sistema digestivo para que vaya madurando. Así, a medida que pasa el tiempo va disminuyendo la nutrición parenteral y aumentando la enteral. 

Los bebés prematuros, explica la nutricionista del Hospital Universitari Sant Joan de Reus, pueden ser alimentados con leche materna, leche materna fortificada o leche donada de bancos para prematuros, en el caso de que con la leche de su madre no sea suficiente. Para aquellos bebés prematuros que no pueden ser alimentados de esta manera se recomienda el uso de fórmulas especiales para prematuros que contienen más energía y proteína, con más electrolitos y cantidad de hidratos de carbono, comparada con una leche para un bebé nacido a término.

En el caso de Unai, Montse explica: «Mi hijo ha ido creciendo y desarrollándose a su ritmo, gracias al tratamiento nutricional con una leche hipercalórica ha ido cogiendo peso y aunque la curva de crecimiento del bebé no ha sido la misma que un niño a término, siempre se ha mantenido hacia arriba. Quiero decir a los padres de otros prematuros que no se desesperen y tengan mucha paciencia, ya que nuestros pequeños son muy fuertes y aunque les cueste un poco más, acaban adaptándose ante cualquier adversidad».

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